Desde la década de 1930, bajo el gobierno de Carlos Ibáñez del Campo, el uniforme escolar se transformó en una prenda de vestir obligatoria para los estudiantes de educación primaria y secundaria.

Sin embargo, y pese a que su exigencia ya no es obligatoria desde la entrada en vigencia de la Ley de Inclusión Escolar, el Ministerio de Educación enviará un oficio a los establecimientos educacionales para sustituir las tradicionales camisas, pantalones y faldas, por buzos.

“Estamos recomendando que la mayoría de los colegios, en la medida que se vaya pudiendo, cambien el uniforme por buzo. Creemos que estimula más el trabajo deportivo y facilita la competencia de hombres y mujeres en determinados deportes”, aseguró la titular de la cartera, Adriana Delpiano.

En esta línea, la autoridad precisó que la apuesta del Gobierno, va en línea con aumentar la cantidad de actividad física que se desarrolla en colegios y escuelas a nivel nacional.

Blanco, azul y gris

Si bien la existencia del uniforme como tal se consolidó durante la administración de Eduardo Frei Montalva, la dictadura de Augusto Pinochet, en el decreto supremo 161 del 21 de febrero de 1979, estableció la obligatoriedad del uso y características de las prendas.

De esta forma, el cuerpo legal precisó que, a partir de ese año, las alumnas de enseñanza media humanista-científica y técnico profesional y de los cursos de séptimo y octavo básico debían utilizar un “jumper de color azul, blusa camisera blanca de manga corta o larga, zapatos negros, calcetines azules, parka, abrigo o chaleco azul; pantalón azul de corte recto, si las condiciones climáticas lo hacen aconsejable”.

En tanto, para los hombres del mismo tramo educativo, el decreto estableció que serían las instituciones educacionales las responsables de determinar la obligatoriedad del uso.

En dicho caso, la ley recomendaba “vestón de color azul piedra, pantalón de color gris, camisa de color blanco o celeste, corbata; parka, abrigo o chaleco azul”.