Un hombre residente del estado de Florida, en Estados Unidos, fue incapaz de tolerar la separación de su esposa de ‘toda la vida’ y la asesinó a ella y a su nueva novia, porque pensó que su relación era inmoral.

Vicente Fuillerat ingresó a la vivienda de Samara Routenberg, en la localidad de Brandon, armado con una pistola y usando un chaleco antibalas. Una vez en el interior disparó contra su esposa Lisa, de 51 años, y su pareja, la dueña de casa.

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De acuerdo a los detectives, el hombre asesinó a sangre fría a ambas mujeres antes de dispararse a sí mismo para quitarse la vida.

De acuerdo a lo revelado al periódico local Tampa Bay Times por el abogado Ralph Fernandez, cuya firma representó a Fuillerat en el proceso de divorció, el homicida, que trabajaba como consultor de seguridad electrónica, “simplemente no pudo soportar ver a la madre de sus dos hijos en una relación con otra mujer luego de 28 años de matrimonio. Sentía que la relación era inmoral”.

El asesinato, además, fue precedido por otros actos de violencia. Según reveló la policía, el esposo de 53 años, se puso violento al enterarse que su mujer, que se desempeñaba como maestra de un curso de sexto grado, estaba saliendo con Routenberg, una profesora asistente de la escuela primaria Lake Gibson.

Es más los informes judiciales dan cuenta de una sentencia de 36 meses de libertad condicional para Fuillerat, que además tuvo que pagarle 6 mil dólares (casi cuatro millones de pesos) de compensación por gastos médicos derivados de un ataque físico el dos de octubre del 2015.

”Estoy asustada de que vuelva a mi casa y me mate. La única razón por la que se detuvo fue porque un vecino me ayudó. Sabe dónde vivo y dónde trabajo”, había escrito la víctima en una petición a la corte, exigiendo una orden de alejamiento total de su ex que no llegó a tiempo.

El divorcio se resolvería en la corte el pasado viernes, pero cuando no aparecieron en la audiencia según lo programado, se encargó a los oficiales buscarlos. Fue entonces cuando se descubrió la brutal escena de homicidio-suicidio, consignó el New York Post.