La culpa y el dolor llenaron el corazón y el alma de una madre al enterarse de que su pequeña niña de tan sólo 5 años había sido violada por un adolescente de 12. Entró en una profunda depresión, al igual que su marido, e incluso pensó en quitarse la vida.

Los hechos ocurridos en agosto del año pasado devastaron a la familia.

“Cuando nos enteramos recién de lo que paso quedamos destrozados como padres, sentimos como si alguien hubiera arrancado nuestros corazones. Yo no sabía que iba a hacer para superar todo esto, pero mantuve a mi niña cerca mío todo el tiempo. Sentía que había abandonado a mi hija”, declaró en tribunal la afectada mamá.

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Ahora, tras casi un año y a días de que comience el juicio, todo vuelve a comenzar para esta familia de Hampshire, Inglaterra, ya que finalmente el violador, que para entonces tenía apenas 12 años, finalmente confesó haber cometido el delito.

Lo hizo en su pieza, cuando la familia estaba de visita y no pudo confesar hasta ahora cuando la ansiedad y la culpa lo devoraron frente a la pronta entrada a tribunales. Temía dañar a su familia, pero finalmente su abogada lo convenció que de no confesar sería aún peor.

“Servicios sociales le advirtió que si no lo hacía esto se haría público, su cara saldría en los medios y las personas lo hostigarían, lo atacarían y hasta obligarían a su familia a dejar su casa. No quería decir nada por el devastador efecto que tendría para su familia si admitía lo que había hecho. Lloramos, pero acepta la responsabilidad por sus acciones, aunque debería darle crédito a alguien que a tan corta edad acepte la total responsabilidad”, señaló la defensora Natalie Dennington.

La profesional además agregó que el menor tiene problemas de aprendizaje y una edad mental diagnosticada de un niño de entre 7 y 9 años.

La juez de distrito Anne Arnold señaló en la audiencia: “Usted ha admitido un delito muy grave, pero teniendo en cuenta su edad y las circunstancias, voy a hacer una orden de remisión”.

Ella hizo un pedido de derivación para que el joven cumpla un máximo de 12 meses y se una al trabajo de un equipo infractor juvenil.

Un caso tan terrible como el ocurrido en 2011 cuando otro niño de 12 años violó a una niña también de 5, como la pequeña en esta historia, pero en un salón de juegos de McDonalds.