En un crimen brutal terminó un simple saludo en Argentina.
Germán Alberto Pintos, de 17 años, caminaba rumbo a la casa de un amigo en su barrio de Almafuerte en Córdoba, cuando se cruzó con un grupo de jóvenes, presuntamente pertenecientes a una peligrosa pandilla denominada en la zona como Los Plagas.
Según las informaciones preliminares y confesiones de testigos, Germán se habría acercado a saludar y prestar fuego a una de las muchachas que estaba en el grupo, que habría resultado ser la polola de uno de los miembros de la banda criminal y ahí comenzó la tragedia.
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Un grupo de 7 jóvenes golpeó indiscriminadamente a Germán hasta dejarlo inconsciente y luego le enterraron un tenedor parrillero en la cabeza.
Fue trasladado al hospital por algunos vecinos minutos después, sin embargo, la golpiza y el daño producido por el utensilio fue demasiado y falleció la mañana siguiente producto de la detención de la actividad cerebral.
La versión de la policía, sin embargo, dista un poco de las versiones de los testigos, pues indican que el muchacho se habría sumado al grupo sin invitación y habría coqueteado e insultado a la mujer, provocando la reacción de su pareja.
“Lo conocía desde que era niño; era un buen chico que no le hacía daño a nadie. Quiero que paguen por lo que le hicieron. No hay palabras para explicar lo que hizo este criminal”, dijo Cyntia Natalia Álvarez, una joven cercana a la familia que se atrevió a hablar y dar su nombre, pues la gran mayoría de los vecinos está aterrado frente a posibles represalias de “Los Plaga”, que asesinaron a Germán enterrándole, literalmente, un tenedor parrillero en la cabeza.