La sorprendente escena tuvo lugar hace unos días en un restaurante de Tokio: un cliente agarra una silla vacía, y otro que la estaba usando para poner sus pies encima lo mata y acto seguido pide tranquilamente un bol de tallarines.
Según un portavoz de la policía contactado por la agencia AFP, Shinichiro Imanishi, un hombre de 37 años de edad y 120 kilos de peso, está siendo interrogado por haber matado a pisotones a Hisao Kitajima, de 49 años.
Delante de un público estupefacto, Imanishi tiró al suelo al otro cliente por haberle quitado la silla y se puso a pisotearlo.
Hecho esto, el sospechoso volvió a sentarse y pidió con absoluta tranquilidad un bol de tallarines, según la prensa. Su víctima mientras tanto estaba agonizando, y murió dos días más tarde.
En el momento de su detención, Imanishi explicó como si nada lo intimidara: “de todas formas, voy a ir a la cárcel, de forma que ésta va a ser mi última cena en libertad”.