Un macabro asesinato quedó al descubierto durante el fin de semana en región de Magallanes. El autor fue apodado el descuartizador de Punta Arenas.

La tarde del sábado se daba a conocer, que en la Población Nelda Panicucci, una persona de sexo masculino fue asesinada y descuartizada.

Horas más tarde se descubrió que el autor del horrendo crimen era Adalio Mansilla Quinchaman, de 30 años, que tras haber cometido el hecho le habría confesado a su madre lo ocurrido.

Ella, tras conocer los sucesos, lo entregó a Carabineros.

Pero no es la primera vez que Mansilla Quinchaman está involucrado en este tipo de delitos.

Cuando todavía era menor de edad (2009) fue encontrado culpable por la muerte de Óscar Ojeda Loncomilla.

En 2015 fue autor del asesinato de su “amigo” Claudio Donoso Donoso, que falleció por múltiples estocadas, tras una discusión en un inmueble.

En el primer crimen cumplió una pena de 5 años en el Complejo de Río de Los Ciervos.

En el segundo fue condenado a diez años y un día por homicidio, pero en 2021, con la mitad de la pena cumplida, salió en libertad por “conducta intachable” y un favorable informe psicosocial de Gendarmería.

Ahora, este asesino está involucrado en el crimen del joven estudiante Roberto Verdugo Vargas, quien estaba siendo intensamente buscado por familiares y amigos.

Perfil clínico y sicológico del descuartizador de Punta Arenas

La docente de la Universidad de Magallanes (UMAG), Rosa Martínez, explica que de acuerdo a estudios de algunos descuartizadores se ha concluido lo siguiente.

“A la hora de tomar decisiones no toma importancia de las consecuencias de sus actos, ni los daños que pueda ocasionar en su entorno. Tiene características propias del sicópata, como escasa empatía en su relación con el prójimo. Además, no evidencia deterioro cognitivo, ni alteración psicológica que le impidan percibir y evaluar la realidad. Es consciente de sus actos”.

“Frialdad emocional”

El psicólogo clínico y forense Enzo Arias dice que este tipo de sujetos perciben a sus víctimas como “un objeto”.

A pesar de sus “castigos” en la cárcel, el sicólogo precisa que “no aprenden porque en general los psicópatas no tienen cura”.

Además, describe al descuartizador como “una persona insensible, individualista, con inmadurez emocional, con juicio lúcido, es decir, sabe lo que hace”.

“Hay familias que tienden a tener una conducta psicopática, que pueden tener más de un miembro dentro de la estructura y pueden tener una forma de relacionarse con el entorno de esa manera. No han tenido normas, ni límites, o si lo han tenido lo han trasgredido. Por eso nos encontramos con familias que pueden tener conductas delictivas. Es un patrón que muchas veces se aprende y se repite”.

Todos los asesinatos de Adalio Mansilla Quinchaman, han sido con arma blanca.