El pasado viernes, 30 de diciembre, fue la última vez que la familia de Matías Cuadra Ramírez tuvo contacto con él. El hombre de 21 años salió de su casa a comprar, en Valparaíso, y aún no aparece.
“Nunca apagaba su celular, nunca nos dejaba de contestar un mensaje, y lo que más nos pareció raro, es que él no llegara con las cosas para sus hermanas”, señaló a BioBioChile, Rodrigo Pérez, pareja de la madre de Matías.
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“Pensamos que quizás recibió un llamado y se subió al auto, por eso no fue a comprar directamente”, agregó al citado medio.
Algo que despertó más dudas en la familia, fue que su vehículo fue hallado el mismo día de su desaparición, en el Cerro Cordillera, pero sin indicios de alguna pista que permitiera dar con el paradero del joven porteño.
Recodemos que también circuló la teoría de un secuestro, ya que de acuerdo a la versión de amigos de Matías, este habría sido ingresado a la fuerza a otro vehículo.
Una extraña conversación por WhatsApp
Lo cierto es que Pérez conversó esta vez con el programa Contigo en Directo, en donde entregó más detalles del extravío del estudiante y trabajador, además de hacer un desesperado llamado.
“Nosotros nos extrañamos enseguida. Primero que no volviera, porque estaban sus hermanas esperándolo y en segundo lugar, que no respondiera el celular”, explicó Pérez.
El entrevistado también indicó que ingresó al computador de Matías, encontrando una conversación por WhatsApp con un hombre con el cual se iba a reunir, que podría resultar clave a la hora de recopilar más antecedentes.
“Quedaron de juntarse en Plaza Echaurren para luego ir al Cerro Cordillera. No tenemos certezas de si se reunió o no con esta persona. Tampoco sabemos si cumplió el objetivo de llegar al Cerro Cordillera”, planteó.
Respecto al sujeto con la cual entabló comunicación por WhatsApp, Pérez manifestó que “no tenía noción de que existía y mi esposa tampoco. Esa persona a mi casa nunca ingresó, no he tenido contacto con él, no sé quién es, ni por qué se iban a reunir”.
Desesperado llamado
Rodrigo Pérez aprovechó de hacer un desesperado llamado: “Él adora a sus hermanas y nunca se iría así”, explicó, descartando que hubiera diferencias familiares que gatillaran una depresión o un cuadro de estrés.
“Si él me está viendo, que sepa que nosotros lo esperamos con los brazos abiertos, sin juzgar nada de lo que pasó estos días. Todos los extrañamos. Si él está bien, que llegue a nuestro lado”, afirmó.
Por último, aseguró que “en el caso de lo que tenga otra gente, que sepan que nosotros no vamos a iniciar ninguna acción judicial, pero que nos digan dónde está para ir a buscarlo. Si le hicieron algo, por favor dígannos dónde está su cuerpo. Esto es una pesadilla, porque mis hijas de 4 y 12 años me preguntan por él”.
