Impacto ha causado el crimen de una niña de 13 años en Rosario, Argentina, luego de que le quitara la vida a su hermanastro de 5, tras propinarle 12 puñaladas.

El hecho ocurrió a mediados de la semana recién pasada, cuando la adolescente sufrió una “crisis impulsiva” vinculada a un posible trastorno mental, hipótesis que hasta ahora es lo único que explica su violento actuar.

“Jamás imaginé que mi hija podría hacer algo así. Busqué ayuda de todas las maneras. La llevé a psicólogos, psiquiatras, neurólogos”, contó Roxana, la madre de los niños, en conversación con el medio argentino, Todo Noticias.

Un grito desesperado

En ese sentido, la progenitora comentó que “las consultas duraban 5 o 10 minutos. Así como íbamos, nos volvíamos. La hacían mirar para arriba y para abajo. Le pedían que levantara el pie. ‘Yo la veo normal’, me decían. Pero en mi casa yo veía cosas en ella que no eran normales”.

De hecho, la menor de edad estaba en tratamiento con una psicóloga, ya que tenía un historial de comportamiento errático, lo que llevó a que la mujer hiciera público el caso en los medios locales, para que así su hija pudiera optar a un cupo en el hospital psiquiátrico.

“Esto se podría haber evitado. Me decían que no podían medicar a mi hija porque no veían nada extraño, pero para mí todo era extraño. La revisaban dos minutos, nos volvíamos a casa y ella muchas veces tenía la mirada perdida. Le hablaba y no me contestaba. Se enojaba y no entendía por qué. Todo el año así”, relató afectada.

Asimismo, aseguró que la adolescente y su hermano nunca estaban solos en casa, pero el panorama cambió el pasado lunes cuando su pareja debió asistir de urgencia a su trabajo y Roxana iba rumbo a sus clases para poder concluir su enseñanza media, lo que terminó en un escenario fatal.

El crudo mensaje que recibió la madre

Consultada sobre cómo se percató de lo ocurrido, Roxana contó que fue a raíz de un mensaje que le envió la adolescente.

“Ella me sacó el teléfono y empezó a grabar videos con el hermanito. Estaba bien, tranquila. Eran las cinco y media de la tarde”, dijo, para luego contar que minutos más tarde, mientras iba rumbo a la escuela, revisó el chat de Whatsapp con su hija.

-Mamá, lo maté.

-Hija, dale. No me gustan esas bromas.

-Mamá, lo maté. Lo maté de verdad.

Ante dichas palabras, la madre de inmediato la llamó e insistió en que no le jugara ese tipo de bromas, pero la adolescente insistió en que le había quitado la vida a su hermanito. “Me lo repitió tantas veces que ahí imaginé que había pasado algo malo de verdad. Corté y le pedí a una compañera de curso que me llevara urgente”, precisó.

“Mi hija no me quería abrir la puerta al principio. Cuando pude entrar, no puedo describir lo que vi (…) Mi hijo tirado en el piso, boca abajo, lleno de sangre. Mi hija sentada en una silla a su lado, como si nada”, lamentó.

Y añadió: “Empecé a gritarle ‘¡¿qué le hiciste a tu hermano?!’. No me contestaba. Agarré el cuchillo que estaba en el piso, lo alejé y salí a la calle a pedir ayuda a los gritos”.

Niña de 13 años que asesinó a su hermanito está internada

El cuerpo del menor de edad tenía 12 puñaladas, 11 de ellas en la espalda, además de un corte profundo, según corroboraron los peritos de la Agencia de Investigación Criminal (AIC).

Ante el crimen, la niña de 13 años fue trasladada al Hospital Provincial de Rosario, y está internada bajo sedación, donde recibirá además tratamiento de equipos interdisciplinarios por orden del tribunal.

Lo anterior, mientras el caso sigue en investigación, ya que Roxana manifestó que su hija le comentó en algunas oportunidades que escuchaba voces.

“Ella últimamente me decía que tenía un amigo imaginario. Yo le respondía: ‘Dale, ya tenés 13 años. Estás grande para eso’. Y ella me insistía. Decía que hablaba con él y todo”, contó.

En tanto, también reveló las palabras y el motivo que dio su hija cuando le preguntaron por qué asesinó a su hermano de cinco años.

“Le echó la culpa a su amigo imaginario. Decía que él siempre le pedía por favor que no lastimara a su hermanito, y que justo esa vez el amigo imaginario no estuvo para salvarlo”, apuntó.

Y concluyó entre lágrimas: “Él amaba a su hermana. Era un angelito. No tenía nada, pero nada, de maldad. Me siento tan mal. Mi cuñado estuvo con mi hija y después la visitó mi mamá. Yo todavía no pude. No entiendo qué le pasó, por qué lo hizo. Por qué tanta violencia. Pido por favor que alguien la ayude. Que la internen, lo que sea. Yo ya no puedo. Te juro que no puedo”.