A inicios de marzo de 2001, TVN emitió la recordada teleserie de época Pampa Ilusión, en la cual participó el destacado actor Álvaro Espinoza.
En dicha producción, la cual abordaba la historia de una oficina salitrera en 1930, el intérprete dio vida a Ricardo Fuenzalida, un malévolo joven de clase alta, quien hizo lo imposible para quedarse con el amor de Carmen Montes (Antonia Zegers).
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En conversación con Página 7, el artista se refirió a su incursión en aquella icónica ficción, luego que asistiera al lanzamiento de la obra Hamlet Sonoro.
“Es un fenómeno bien raro seguir vigente con algo que hicimos hace 20 años. Estoy súper contento, porque era un proyecto muy bonito, al cual le tengo demasiado cariño”, expresó.
Sumado a esto, agregó que “es muy valiosa porque habla de hartos temas (…) me parece fantástico que la gente siga valorando unos trabajos tan antiguos”.
Álvaro Espinoza recordó su paso por Pampa Ilusión
Sobre su participación en Pampa Ilusión, el intérprete mencionó que “lo pasé increíble, imagínate, estábamos en el norte, en un Humberstone restaurado para la teleserie, precioso, era vivir realmente en 1930”.
“Lo más difícil en ese formato en general es su extensión, y que te vas encontrando con el personaje a medida que van saliendo los capítulos, nunca sabes realmente lo que ibas a hacer hasta un poco tiempo antes”, añadió.
Por su parte, sobre los desafíos que enfrentó en dicha etapa, Espinoza reveló que “requería mucho estudio, esa era una dificultad grande, porque estabas rodeado de puros gigantes, o sea, estar a la altura ya era súper complicado”.
“Trabajaba en un set con la Violeta Vidaurre, Delfina Guzmán, Luis Alarcón y Francisca Imboden, no era fácil, sin embargo, eran muy afectuosos y cariñosos”, afirmó.
Finalmente, Álvaro Espinoza recordó su personaje, el cual se ganó el desprecio de los televidentes, ya que siempre abusó de su poder.
“Era un [rae]sátrapa[/rae], cuico, hijo de papá, zángano, mal criado y que encarnaba de una manera la idiosincrasia del hombre de alcurnia de esa época, y todo ese machismo, los privilegios de ser hombre en esos años y más encima teniendo plata, era un personaje bien tenebroso”, señaló.
“En esa dinámica iba representando todos esos vicios sociales que son hoy impresentables”, concluyó.
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