Este lunes, durante la formalización de Juan González, Julio Vidal y Marcela García, imputados por el homicidio del carabinero David Florido, se conocieron nuevos antecedentes del caso.

En este contexto, algunos de los más llamativos son los que reveló el Ministerio Público sobre el actuar del presunto autor del asesinato, Juan Israel González Quezada, tras cometer el crimen.

Según detalló Christian Toledo, jefe de la sección de Delitos Violentos de la Fiscalía Metropolitana Sur, tras los hechos, el imputado se trasladó a la casa de Marcela García, en compañía de una mujer de unos 50 años.

García, que es acusada de encubrimiento, es funcionaria del Poder Judicial y en su declaración confirmó que tuvo una relación sentimental con González, la cual, aseguró, terminó el pasado 1 de junio.

El fiscal relató que luego que la imputada socorriera al presunto asesino en su domicilio —le dijo que tenía una lesión en el pie— la mujer que lo acompañaba se retiró del lugar y, posteriormente, “lo trasladó en su vehículo hasta un motel ubicado en la comuna de Quilicura”.

“Lo mantuvo oculto toda la noche hasta el día siguiente. Luego la acusada, en horas de la noche del día 11 de junio, con la finalidad de esconder a González Quezada y facilitar su fuga, procedió a trasladarlo a la comuna de Lo Espejo“, añadió.

Una vez ahí, Julio Vidal trasladó al sujeto hasta un sector rural de San Fernando, específicamente al domicilio de la familia del encubridor, donde se mantuvo escondido algunos días.

“Finalmente, una vez que González retornó a Santiago, entre la noche del 16 y madrugada del 17, la imputada lo ocultó y trasladó hasta la comuna de Colina, donde se mantendría escondido, ya que este pretendía salir del país”, concluyó el fiscal.