Cada vez más voces dentro del ejército británico piden que el príncipe Andrés, segundo hijo de la reina Isabel II y acusado de presunto abuso de menores en EEUU, sea despojado de sus títulos militares, según The Times.
El periódico recoge el testimonio de Julian Perreira, un veterano de los Guardias Granaderos, que pide la “dimisión inmediata” del duque de York como coronel de ese regimiento de infantería, cargo honorífico que heredó en 2017 de su padre, el difunto príncipe Felipe.
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Perreira declara que permitirle seguir con ese y otros títulos en las Fuerzas Armadas supondrá “una mancha en la orgullosa historia” de los Granaderos y “devaluará su trabajo”.
De acuerdo a The Times, los oficiales se han mostrado incómodos al tener que brindar por la salud del duque durante las cenas de este regimiento.
El medio también apunta que Andrés, de 61 años, ostenta nueve cargos militares y corresponde a su madre, la Reina, retirárselos oficialmente.
Demanda por abuso sexual
El príncipe afronta un proceso civil en Nueva York iniciado por la australiano-estadounidense Virginia Giuffre, de 38 años, que le acusa de haber abusado sexualmente de ella en tres ocasiones cuando tenía 17, lo que el duque niega.
Giuffre sostiene que fue víctima de tráfico sexual por parte del financiero estadounidense Jeffrey Epstein -que se suicidó en prisión preventiva en 2019- y su examante y colaboradora, la británica Ghislaine Maxwell, declarada culpable el 29 de diciembre de tráfico sexual con menores en un proceso penal paralelo en curso.
Gracias a la mediación de la pareja, el príncipe, amigo de ambos, habría abusado sexualmente de ella en Londres, Nueva York y en una isla privada de Epstein en el Caribe, argumenta.
Con parte de la demanda contra Andrés, está previsto que hoy el tribunal neoyorquino haga público un acuerdo extrajudicial que habría firmado Giuffre con Epstein y que, según la defensa del duque de York, le exoneraría de cualquier responsabilidad.
Los abogados de la joven han solicitado documentos que acrediten la “incapacidad de sudar” que el hijo de Isabel II alegó como “coartada” para negar que conocía a la demandante, quien había detallado en una entrevista que él había sudado profusamente en uno de sus encuentros.