Romina Sáez fue una de las integrantes de la época dorada de Mekano, el extinto programa juvenil transmitido por Mega.
La abogada, quien actualmente está alejada de la televisión, sorprendió este lunes a sus seguidores al mostrar su transformación física.
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De acuerdo a su relato, logró bajar 13 kilos en casi 4 meses gracias a un balón gástrico, procedimiento que se realizó en la Clínica Nueva Costanera.
En conversación con Página 7, la exchica Mekano explicó que “esto no es cirugía plástica, no tengo nada contra eso pero no fue mi opción. Pese a que siempre me he sentido cómoda con mi cuerpo, necesitaba bajar de peso”.
Y es que Romina llegó a 75 kilos y antes de la pandemia pesaba entre 65 y 67 (hoy está en 62), un aumento considerable que la hizo llegar hasta ese recinto de salud, donde le recomendaron este procedimiento.
“La idea es hacerte un hábito y achicarte el estómago. Era lo mejor por mi peso, contextura y por mi salud”, indicó, para luego detallar en qué consiste.
“Es un dispositivo que se ingresa a través de endoscopia, no te hacen incisión. Es un globo de silicona el cual va relleno con azul de metileno. En mi caso, lo llenaron con 600 cc”, explicó.
Incluso, le entregaron un carnet que le servía, por ejemplo, para viajar. “Viste que en el escáner estás prácticamente desnuda, entonces después te ven eso ahí…”, contó entre risas.
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¿Cómo fue el proceso?
Según señaló, todo el proceso duraba entre 8 meses a 1 año, pero ella cumplió la meta a los 4 meses. “Ya no lo tengo, me lo sacaron. Ahora sigo solita”, reveló.
Eso sí, indicó que hay que adaptarse al principio, porque se debe comer y tomar líquido en forma lenta.
“Te dan una dieta, hay que comer cada 3 horas. También hay varias cosas que no se pueden comer, en mi caso eliminé por completo la sal. No puedes tomar alcohol ni fumar”, advirtió.
“Al final, terminaba comiendo un cuarto de lo que comía. Se siente una saciedad muy rápida, pero lo más importante de todo es que no pasé hambre”, agregó.
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¿Cuál es su precio?
“En la clínica no tienen los mismos precios ahora, pero es alrededor de 2 millones de pesos en total. Se paga por la instalación y después hay que pagar cuando lo sacan”, sostuvo.
Por último, recomendó el procedimiento. “No es invasivo, no me dejó cicatrices ni nada de eso. Me quedé dormida, desperté, y tenía el balón, lo mismo después cuando me lo sacaron”, cerró.
Cabe señalar que Romina está dedicada por completo a su labor como abogada particular. También administra un salón de belleza junto a su madre, ubicado en Avenida Grecia 3600, comuna de Ñuñoa, en la capital.
