Un estremecedor caso conmocionó a Argentina hace doce años, luego de que un padre abusara sexualmente de su propia hija.

Se trata de Armando Lucero, de 67 años y apodado El monstruo de Mendoza, quien tuvo siete niños con Paola, que fue ultrajada durante dos décadas por el sujeto, consignó Infobae.

El terrible hecho quedó al descubierto en mayo de 2009 tras una denuncia de la propia joven, de 35 años en ese momento, quien confesó haber sido abusada desde los 15 años y bajo amenazas de muerte.

La mujer señaló ante la Justicia que su padre les daba dinero a sus hermanos “para que fueran a comprar caramelos” y que en ese momento aprovechaba para violarla.

Mientras que otra de las hijas del acusado denunció que Lucero la violó cuando ella tenía ocho años y que la “manoseó durante mucho tiempo”.

Arresto y muerte

El hombre fue arrestado y llevado a una celda de la penitenciaria de la ciudad de Mendoza, al oeste de Buenos Aires, informó BBC Mundo.

Lucero, quien estaba a la espera del inicio del juicio en su contra, falleció en mayo de 2010 en el Hospital Central mendocino, a un año de haber sido aprehendido.

El sujeto permanecía internado en aquel establecimiento debido a una “grave descompensación respiratoria” causada por el tabaquismo, indicaron fuentes del hospital.

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De acuerdo a los cargos y la respectiva investigación, Lucero estaba procesado por abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo. 

Según El País, las pruebas preliminares eran tan contundentes como declaraciones de familiares directos y, además, exámenes de ADN certificaban su paternidad.

Cabe señalar que el hombre tenía un total de 21 hijos, ocho con su primera esposa, otros seis con su segunda pareja y siete con su hija Paola, que decidió finalmente denunciarlo porque temía que también violara a una de las niñas de ambos.

Tras el arresto, el acusado alcanzó a decir: “Que me perdonen (…). Me arrepiento, no quiero vivir más”.

Lucero era apodado El monstruo de Mendoza por la similitud con el caso del austríaco Josef Fritzl, El monstruo de Amstetten, condenado a prisión perpetua por el asesinato de uno de los siete hijos que tuvo con su hija Elizabeth, a quien secuestró y violó en el sótano de su casa durante años.