Tras 27 años de matrimonio, Bill Gates, el multimillonario cofundador de Microsoft, y su esposa Melinda, decidieron poner fin al vínculo.

“Tras mucho pensar y mucho trabajo en nuestra relación, hemos tomado la decisión (…) ya no creemos que podamos crecer juntos como pareja en esta próxima etapa de nuestras vidas“, manifestó la pareja a través de Twitter hace unos días.

Y es que de acuerdo al terapeuta Imani Wilform, el divorcio es la última salida por la cual optan las parejas, aunque si el lazo está irremediablemente roto, lo más sano es soltar la relación y no seguir intentándolo.

“Después de intentar todo lo posible para volver a un espacio saludable y amoroso, si hay una falta de intimidad (ya sea emocional o sexual) y una falta total de vulnerabilidad de ambos lados, la puerta comienza a cerrarse tristemente”, comentó el especialista a Insider.

Pero, ¿existen señales que nos indiquen que nuestro matrimonio está fuertemente dañado, al grado de pensar en un divorcio? La respuesta es sí. Estos son los signos a los cuales deberías prestar atención.

Nula intimidad

Wilform señala al citado medio, que es normal que una pareja experimente aumento y disminución de su actividad sexual durante el matrimonio, pero si esta se acaba definitivamente, es una clara alerta de que la relación está en declive.

Y es que más allá del ámbito sexual, esta situación podría deberse a problemas más profundos, como por ejemplo falta de interés en la pareja, falta de confianza o desdén hacia ella.

Pérdida de confianza

La confianza es la base de cualquier relación, por lo que si hay dudas en este aspecto, estamos ante un problema grave. Si no puedes confiar en tu pareja, las señales podrían apuntar hacia un divorcio, especialmente si has sorprendido a tu pareja mintiendo en algún aspecto.

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“Deberías preocuparte si pierdes la confianza en lo que dice la otra persona, como con quién están hablando o a quién van a ver. Especialmente si ya la has sorprendido siendo deshonesta”, explicó Wilform.

Ya no se esfuerzan en resolver los problemas

Si bien las peleas en exceso es un síntoma preocupante de que un matrimonio podría llegar a su fin, también podría serlo el que no peleen en absoluto. Lo anterior, ya que una vez que una pareja deja de tratar de resolver sus problemas juntos y se vuelven apáticos, indica una falta de inversión en la relación.

“Una completa falta de comunicación o desinterés en resolver un conflicto es una mala señal”, dijo el experto.

Tu pareja no es tu prioridad

Para nadie es un misterio que la adultez conlleva una serie de responsabilidades, en donde el trabajo, las cuentas y los hijos son las principales. Si el cónyuge no está en esta lista, ciertamente el matrimonio tampoco lo estará, afirma Wilform.

“Si te encuentras siempre pensando en ‘yo’ y no en ‘nosotros’, este es un buen indicador de que tu cónyuge no ocupa un lugar de importancia en tu vida cotidiana”, sentenció el especialista.