Si bien fue estrenada en cines en 2015, recientemente la película Room (La Habitación) llegó a la plataforma Netflix, posicionándose en el ranking de lo más visto.

La cinta protagonizada por Brie Larson (Capitana Marvel), narra la historia de Joy, una joven que fue secuestrada a los 17 años. Durante su cautiverio fue violada, y dio a luz a su hijo Jack (Jacob Tremblay), quien no conoce nada del mundo exterior.

Posteriormente, y tras 7 años secuestrada en una especie de cobertizo, la mujer lleva a cabo un plan para escapar con la ayuda de su pequeño hijo.

Tras su estreno en la pantalla grande, Room recibió muy buenas críticas e incluso fue nominada en 4 categorías en los premios Óscar de 2016, de los cuales, uno fue a parar a Brie Larson como mejor actriz principal.

Room
Room

Sin embargo, todo lo que ocurre en la película dirigida por Lenny Abrahamson, está inspirado en un hecho real. Así lo reveló la autora del libro en el que se basó la cinta.

En 2014, la escritora irlandesa Emma Donoghue, contó en una entrevista con el diario electrónico The Guardian, que se basó en una impactante noticia para escribir la obra Room.

Se trata del caso de Josef Fritzl, quien encerró a su hija Elisabeth de 14 años en el sótano de su casa. La mantuvo secuestrada durante más de dos décadas, la violó y tuvo siete hijos con ella.

“Cuando me enteré de que Elizabeth Fritzl y sus hijos salían (en libertad) de su búnker, mis hijos tenían cuatro y un año. Mi primer pensamiento fue: ¿cómo hizo eso, cómo se las arregló para ser madre en una habitación cerrada con llave?“, planteó Donoghue, sobre la interrogante que la inspiró a escribir su novela.

El caso de Elizabeth Fritzl

Denominado por la prensa internacional como “el monstruo de Amstetten (ciudad en Austria)” o “el padre de las tinieblas”, Josef Fritzl encerró a la cuarta hija de su matrimonio con Rosemarie Fritzl.

De acuerdo a los informes presentados por la policía, en 1977 y cuando Elizabeth tenía solo 11 años, comenzó a abusar sexualmente de ella. Con el transcurso del tiempo, aquellos episodios fueron más frecuentes, según consigna el diario inglés The Guardian.

No obstante, en agosto de 1984 la niña decidió enfrentar a su padre, y comunicarle que se iría de la casa. Su intención era mudarse con otra de sus hermanas.

Ante el miedo de que Elizabeth revelara los abusos que había cometido, decidió encerrarla. Fue así como el 29 de agosto de 1984 , Josef sorprendió a su hija con un paño con cloroformo, la durmió y la llevó a un especie de búnker subterráneo ubicado bajo su domicilio.

Anuario escolar
Anuario escolar

Durante su cautiverio, la joven fue violada y dio a luz a siete niños. Uno de ellos murió poco después de nacer y tres fueron adoptados oficialmente por Josef y su esposa.

En ese entonces, el sujeto le indicó a su esposa que Elizabeth había huido para refugiarse en una secta desconocida y había abandonado a sus bebés en la puerta de la casa, para que ellos se hicieran cargo. Cabe señalar que los otros tres hijos de Elisabeth nacieron y vivieron siempre en cautiverio.

El 19 de abril de 2008, Kerstin, una de las hijas debió ser sacada del búnker y trasladada de urgencia al hospital, debido a una enfermedad que amenazaba su vida. En esa instancia, un doctor encontró en el bolsillo de la niña una nota escrita por Elisabeth, en la que pedía auxilio.

Al ver que algo extraño ocurría, el especialista dio aviso a la policía. Finalmente en abril de 2008 la mujer y sus hijos fueron liberados.

Un año más tarde, Fritzl fue sentenciado a pasar el resto de su vida en prisión, tras ser declarado culpable de secuestro, violación, incesto y por la muerte de uno de los hijos-nietos.

El testimonio de la víctima

Tras salir de su cautiverio, Elisabeth concedió una entrevista al diario británico The Sun, y reveló detalles de esos 25 años que pasó encerrada y donde era violada 3 veces por semana.

Elisabeth vivía junto a los niños en una especie de búnker sin ventanas y con la puerta bloqueada, el cual había sido construido de forma subterránea por Fritzl.

The Sun
The Sun

Si no aceptaba mantener relaciones sexuales con él, entonces los niños sufrirían. Sabíamos que nos pegaría o que sería malo con nosotros”, declaró. “Decía que podía cerrar la puerta cuando quisiera y que entonces veríamos cómo íbamos a sobrevivir”, afirmó la víctima.

“Cuando estábamos a la mesa y alguien tomaba mal el cuchillo o no quería comer entonces había abusos verbales. No dejaba que los chicos desarrollaran su propia personalidad“, señaló la mujer ante el juez.

Cabe señalar que después de escapar de su terrible experiencia, Elisabeth se cambió el nombre y se mudó a una pequeña aldea en el campo austriaco para comenzar una nueva vida a la edad de 42 años.