María Inés Facuse, esposa de Sergio Jadue, habló nuevamente con Bienvenidos, en el marco de las acciones legales que inició contra la madre de el exdirigente, por apropiación indebida de 112 millones.

Esta denuncia tiene que ver con la venta de una propiedad que estaba a nombre del matrimonio, a través de la sociedad de inversiones San Nicolás, y cuyo 50% de acciones fue traspasado a su madre, Cecilia Jadue.

Ella vendió el departamento ubicado en Concón por 224 millones, recibiendo el pago en dos vales vistas, los que quedaron en su cuenta y cuyo 50%, que corresponde a Facuse, jamás fue entregado, comentó su abogado en el matinal Bienvenidos.

Sobre la relación que mantuvo con su, todavía suegra, aseguró que nunca ha sido buena. “Todo contacto se cortó desde que ocurrió el escándalo FIFA. Esto ocurrió cuando se vendió un departamento que teníamos con Sergio, quien todavía es mi marido ya que no quiere firmar el divorcio“, expresó.

En el programa también le preguntaron por otros aspectos de su vida cuando aun eran pareja con Jadue al mudarse a Estados Unidos, y si bien Facuse insistió en que no podía referirse a asuntos legales, sí contó cómo la actitud del exdirigente de la ANFP fue cambiando una vez se instalaron en ese país.

“Lo llamaban a cualquier hora de los clubes y contestaba. A él le encantaba el tema. Si no se hubiese mandado la cagada que hizo, hoy podría ser el presidente de la FIFA (…) Cuando llegamos a Estados Unidos él cambió totalmente. En vez de ser víctima comenzó a culpar a todo el resto. Yo no aguantaba más vivir con él. No hacía nada. No quería salir porque la gente lo grababa, pero no quería hacerse cargo. Hizo un desastre”, reveló.

También aseguró que si bien ella se enteró “de muchas cosas por la gente con que se juntaba”, cuando le preguntaba directamente no la tomaba en cuenta. “Yo nunca pude hacer más. Mi error fue mantenerme al lado de una persona que no me quería. Si me hubiese querido no me hubiese maltratado“, agregó.

Actualmente, Jadue sigue viviendo en Estados Unidos como testigo protegido, por lo que recibe una manutención mensual por parte del Gobierno, pero María Inés no corre la misma suerte y tuvo que reinventarse con trabajos esporádicos para mantenerse a flote en ese país.

Él es el testigo protegido. Como yo no estuve metida en el caso criminal (FIFAGate), no me pueden proteger ni mantener“, detalló.

La mujer se dedica a labores de limpieza y paseo de mascotas, y espera poder recuperar la tuición de su hija Sabja Jadue, quien vive actualmente con su padre. Además, aseguró que no quería volver a Chile pues como está ilegal en Estados Unidos, no podría retornar a ese país en varios años como castigo.