Una foto publicada por Courtney Maguire (@miss.ittybitty) el
Su aumento de peso comenzó en la Universidad, cuando comenzó a beber en exceso y a alimentarse mal. “Podía ir a los locales de comida rápida y pedir cinco porciones, y había noches en las que me las comía sola. Comencé a desarrollar una actitud compulsiva por comer”, precisó.
El 2009, Courtney se sometió a una banda gástrica ajustable para perder peso, sin embargo, los médicos decidieron removerla en 2012. Dos años después, alcanzó a pesar 140 kg, lo cual la deprimió mucho y le causó severos problemas de salud.
Aburrida de su condición física, Courtney decidió dejar el alcohol. Posteriormente se realizó un bypass gástrico en 2014. Hoy, la joven pesa 66 kg y muestra una figura completamente distinta a la que tuvo en el pasado.
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Debido al exceso de piel que le sobró en su cuerpo, Courtney se hizo una abdominoplastía y además se puso implantes mamarios, y hoy, se encuentra más feliz que nunca estudiando un posgrado en enfermería.
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“Muchas veces no quería darme cuenta de lo gorda que estaba. Evitaba los espejos, la pesa, las fotos… cualquier cosa que hiciera que me hiciera ver todo lo que había subido. Tener citas era complicado. Me rechazaban constantemente por mi peso, y quienes accedían a salir conmigo, usualmente veían mi peso como un fetiche”, indicó Courtney al medio digital.
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“Esas personas decían que me preferían grandes, lo que a su vez promovía el hecho de que me alimentara tan mal. No me apoyaban cuando intentaba hacer dietas”, agregó.
La enfermera confesó que si no hubiese dejado el alcohol, bajar de peso hubiese sido imposible. “Ahora me traslado en moto, algo que jamás me habría atrevido a hacer antes. Lo más importante que he ganado en esta transformación es el amor que ahora tengo por mí misma”, concluyó.