Alex Lewis era feliz y tranquilo hasta que un resfriado común cambió su vida para siempre.

A sus 35 años este padre amoroso y preocupado esposo ha estado al borde de la muerte y aunque con una brutal transformación ha logrado salir adelante.

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Todo comenzó hace poco más de dos años, cuando tras mal cuidar un resfriado común se contagió de una bacteria del tipo estreptococo nivel A que comenzó a ‘comer’ su piel y su carne y que al mismo tiempo produce envenenamiento de la sangre y en consecuencia un síndrome de shocks tóxicos.

Los médicos sólo le dieron un 3% de probabilidades de sobrevivir, pero lo logró. Sin embargo, su proceso de recuperación y las secuelas de la enfermedad han sido devastadoras.

El hombre perdió sus cuatro extremidades y la mitad de su rostro quedando en una condición no sólo compleja en lo físico, sino que principalmente en el plano personal, aseguró a un documental para Channel 4 de Inglaterra, según consigna Daily Mail.

‘Fue un tiempo horrible. Me quedaba en casa con mi hijo por dos años antes de enfermarme. Era increíble y teníamos un gran lazo. Pero, luego de la nada eres arrastrado hasta un lugar donde no tienes ningún control. El no se atravería a acercarse, a besarme, ni abrazarme”, confiesa Alex sobre como cambió la relación con su pequeño hijo Sam, que en ese entonces tenía 3 años.

‘Tu cara es total mente irreconocible para un niño y además verte así, después de conocerme con parado, con brazos, piernas, viéndome normal. Fue muy duro, para ambos, los dos colapsamos, nos sentimos abrumados. Pero con el tiempo todo cambió, ahora es genial, el se muy natural al respecto. Me da besos, me abraza”, cuenta el hombre que estuvo al borde de ser devorado por la bacteria, pero que lucho para sobre vivir y pronto entendió que era por que su hijo y su señora, Lucy, lo necesitaban ahí.

La dramática historia médica que comenzó en noviembre del 2013 y que l ha hecho pasar por un sin número de cirugías reconstructivas y procedimientos, a pesar de todo lo ha hecho una persona más feliz y consciente de lo que tiene.

Aprendió a caminar de nuevo y ahora sóo quiere que su hijo y su mujer se sientan orgullosos y seguir acompañándolos, mientras buscan reunir recursos para mejorar las prótesis de sus piernas, para que poder jugar y correr con el pequeño Sam como lo hacían antes.