En octubre de 2010, el matrimonio conformado por Amy y Bryan Anderson recibió una triste noticia: su bebé Bryson había muerto a las 20 semanas de gestación por complicaciones en su tracto urinario.

Aunque la noticia pudo haber derribado a esta madre estadounidense, ella decidió darle un giro positivo a esta historia, tal como recoge la revista del hogar Good Housekeeping. Amy desobedeció las reglas de su médico de intervenir sus senos y comenzó a sacarse leche día tras día.

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Ella explica que mirar el ultrasonido de su bebé y comenzar a juntar la leche para donarla la ayudaron a salir adelante. No fue fácil, porque su jefe le explicó que no podía tomarse tiempo libre del trabajo -como hubiera pasado si su bebé nacía-, por lo que ella decidió renunciar para poder conseguir sus objetivos.

Amy Anderson | Good Housekeeping
Amy Anderson | Good Housekeeping

Ocho meses más tarde, puedo donar 348 litros de leche materna a diferentes bancos de leche, los cuales ayudaron a alimentar 30 mil veces a distintos bebés. Su idea no sólo era apoyar a los lactantes sin madre o aquellas mujeres que no pudieron amamantar, sino que también sacar la cara por quienes sufren la pérdida de un bebé en gestación.

“Este fue el propósito de la vida de Bryson y quiero aceptarlo. Ese fue mi tiempo para retroceder y estar junto a mi ángel”, declaró ella.

Amy Anderson | Good Housekeeping
Amy Anderson | Good Housekeeping

Como hoy se dedica a criar a sus dos hijos, Brody (8) y Owen (2), tiene mucho tiempo libre para trabajar como voluntaria para bancos de leche y dirigiendo la página de Facebook “Donando A través del luto: El Legado de Bryson”. Su idea es trabajar para cambiar las leyes que la obligaron a dejar su trabajo, ya que quiere que todas las madres amamantando (incluyendo a quienes perdieron a sus bebés y donan) puedan pedir días y horas de descanso.

Amy Anderson | Good Housekeeping
Amy Anderson | Good Housekeeping

“Mi familia y amigos estaban tan nerviosos de mencionar el nombre de Bryson y no se daban cuenta de que necesitaba ese reconocimiento. Ahora con lo que hago, su nombre salta cada día y me hace sonreír”, concluyó.