La joven madre inglesa, Sarah Turner, solía ser una adicta a la Coca-Cola y era capaz de beber cuatro litros al día. Esta obsesión rápidamente le pasó la cuenta a su cuerpo, aumentando impresionantemente de peso, hasta alcanzar los 111 kilos.
Pero tras darse cuenta de que estaba consumiendo casi medio kilo de azúcar al día, decidió sacar este bebestible de su vida, consiguiendo una increíble transformación, como recoge el medio Daily Mail. La madre de tres niños pasó de pesar más de 100 kilos a unos saludables 57, bajando prácticamente la mitad de su peso.
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“Literalmente, ha cambiado mi vida tras perder este peso. Puedo hacer muchas cosas ahora y he renunciado completamente a la Coca-Cola”, explicó la mujer de 27 años. Sarah comenzó su dieta hace un año atrás, pero aún no logra incorporar alimentos como frutas o vegetales a su alimentación, así que gira en torno a las proteínas y legumbres.
La idea de hacerla partió por sus problemas para compartir junto a sus hijos: “No poder jugar con mis niños fue lo peor para mí. Esa mirada de decepción en esos ojos cuando decía que no podía ir al parque, me entristecía mucho”, explicó. “Siempre estaba cansada y no tenía energía para nada, pero ahora puedo sacar a mis niños y correr en el parque con ellos”, agregó.
“Definitivamente era adicta a la Coca-Cola, podía beberla todo el día y no pensar sobre el efecto en mi cuerpo”, puntualizó. Un portavoz de Coca-Cola de Gran Bretaña declaró a este medio que “todos nuestras bebidas pueden ser disfrutadas como parte de una dieta balanceada y un buen estilo de vida”.