Una tierna familia inglesa decidió pasar un entretenido fin de semana en la playa local de Burry Port (Gales, Inglaterra) y los más felices eran sus dos pequeños hijos: Erin (6) y Ellis (4). Los pequeños chapoteaban con sus tablas en el agua, cuando se encontraron con un extraño objeto metálico cubierto de percebes, algas y conchitas.
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“Pensamos que era una boya”, explicó su madre, Kelly Gravell, quien los dejó posar junto a esta e incluso, la empujaron y golpearon intentando determinar qué contenía en su interior. Un par de días después, vieron el mismo objeto en los diarios: resultó ser una bomba abandonada de la Segunda Guerra Mundial, como recoge el canal ABC News.
“Estábamos fascinados por los percebes en ella. Mi hijo la estaba tocando y golpeándola”, agregó con preocupación. Cinco días después, supieron que se trataba de una letal arma del ejército de Estados Unidos, que el mar había empujado hacia la orilla.
Una portavoz de la policía, Allison Thomas-David, explicó que es común que la marea arrastre objetos hacia esa zona y debido a la presencia de vida marina sobre la bomba, fue difícil distinguirla. Posteriormente se supo que estaba activa y debieron hacerla explotar, cerrando la playa y manteniendo a la gente a una distancia segura.