Rhiannon Kearns es una escolar que llegó hasta un local de la cadena de comida rápida junto a su madre y el prometido de ésta, pero cuando estaba instalada comiendo su McDonald’s, se topó con una horrible sorpresa.
La pequeña consumía sus papas fritas con salsa de queso, cuando lo que parecía ser una fritura más, comenzó a retorcerse en la comida: era un gusano.
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Obviamente la reacción de Rhiannon fue lanzar sus papas fritas lejos, quedando repartidas al interior del automóvil, y mientras gritaba por lo asqueroso de la situación, el gusano de 7,5 centímetros se movía en el asiento.
Tras la situación, Jemma, la madre, entró al restaurant para pedir hablar con el gerente, quien se disculpó con la familia y les ofreció una comida gratis, la que obviamente no aceptaron.
La pequeña aseguró al medio británico The Mirror, que no comería nunca más en un local de esa cadena.
“El gerente estaba impactado, pero lo único que nos ofreció fue una comida gratis, la última cosa que querría“, señaló.