En un mundo donde el machismo aún predomina, la artista y activista hindú, Sapna Bhavnani, decidió desafiar las estrictas normas morales de su país, donde se privilegia a los hombres por sobre las mujeres y contar el duro testimonio de su violación.

Sapna confesó aquel sufrimiento que ha tenido que cargar por más de dos décadas y cuyas declaraciones remecieron a India, país en el que durante los últimos 10 años las violaciones y abusos contra las mujeres han aumentado en un 57.27% según una estimación hecha en enero por ABC. Su tarea no fue fácil.

Según lo consigna BioBioChile, la mujer decidió contar su testimonio luego del estreno de “Nirbhaya”, obra donde mujeres hindúes cuentan sus testimonios sobre los abusos de los cuales fueron víctimas.

Motivada, Bhavnani compartió su relato en internet. Rápidamente la peluquera de Bollywood fue ganando “likes”, pero lo más importante y profundo fue que logró emocionar a su país con su relato.

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“Cuando tenía 14, yo solía hablar con chicos; manejar motocicletas, fumar cigarrillos y las personas a menudo me llamaban puta porque hacía esas cosas. Después de que mi padre muriera, me mudé a Chicago donde encontré a personas como yo, que podían ser ellas mismas, tatuarse, experimentar con su pelo y sentir la libertad.

Una Nochebuena salí a tomar algo sola a un bar, con un vestido corto y mi pintalabios rojo. Tenía 24 años y había bebido, cuando un grupo de chicos salió de detrás de unos contenedores, me apuntaron con una pistola y me forzaron a practicarles sexo oral, hasta acabar en una violación colectiva. Me recuerdo volviendo a casa queriendo olvidarlo todo y dejando este incidente en mi subconsciente para no dejar que me deprimiera. Sigo llevando vestidos cortos y el rojo más brillante en mis labios.

Después me casé con el amor del instituto, tuve que enfrentarme al maltrato y salí de aquel matrimonio pensando por qué tenía que pasarme eso a mi, una feminista convencida. Y pensé que hay cosas fuera de tu control. Vivimos en un mundo donde todos estamos estresados intentando salir adelante y tratando de ser escuchados, pero me gustaría decir que nadie quiere que le peguen, lo violen o tener que vender su cuerpo. He tardado 20 años en poder contarlo, pero para mi no es un signo de debilidad que una mujer se lo guarde y lo calle, sino una marca de fortaleza y algo que debemos respetar”.

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“When I was 14, I used to talk to boys; drive motor cycles, smoke cigarettes and people in Bandra would often call me a whore because of those things. I never understood the term back then, but sure if doing all those things made me a whore– I’d take it gladly. After my father’s death, I moved to Chicago where there were so many like me and it gave me the freedom to get inked, experiment with my hair and just be myself. One Christmas Eve in Chicago, I walked out of a bar alone late at night in a short dress and red lipstick. I was 24 and had been drinking, when from a dumpster a group of guys walked upto me and put a gun to my head asking me to give them blow jobs, eventually leading to gang rape. I remember walking home, showering and pushing this incident to the back of my mind for years and never letting it break my spirit – I still wear short dresses and the brightest red on my lips. In years to come, I got married to my high school sweetheart, faced domestic violence and walked out of the marriage wondering how this could happen to ME, a feminist? It’s because sometimes there are things that are beyond your control. We live in a world where everyone stresses the importance of voicing yourself or walking out of tough situations, but I just want to say this— no one wants to be beaten up, get raped or sell their bodies. It took me 20 years to voice my incident, but for me a woman keeping it all within her because she has no other choice isn’t a sign of weakness – it’s a mark of strength and something we need to start respecting.” #humansofbombay #strength #womenempowerment

Una foto publicada por Humans Of Bombay (@officialhumansofbombay) el

La artista confiesa que “las reacciones posteriores han sido una bendición, siento que dará fuerza a otras personas para hablar”. Es más, tan privado era su secreto que su mamá solo se enteró media hora antes de que decidiera hacerlo público en Nirbhaya.

Cabe precisar que Bhavnani dice no odiar a los hombres que la atacaron por el daño que le hicieron, y que tiene clara cuál es su misión. “No quiero discutir sobre el odio, quiero que las personas que han vivido este trauma puedan seguir adelante. Si después de escuchar mi historia, solo te quedas con eso y no con el amor a los sobrevivientes, es que no he hecho mi trabajo bien. No le deseo la muerte a mis violadores, ni siquiera deseo que los castren… Alguien me dijo que antes de la tormenta viene la calma, pero para mí ha sido después”, finalizó.