Una joven inglesa, Ione Wells (20), caminaba rumbo a su hogar, cuando ocurrió algo terrible: Un hombre se le abalanzó encima, la agarró del cabello y la derribó para agredirla sexualmente. Por suerte, sus gritos fueron escuchados por sus vecinos y familiares, quienes salieron a la calle a defenderla, previniendo algo peor.

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El hombre logró ser detenido por la policía y ahora espera su juicio. Pero a diferencia de otras mujeres agredidas, Ione no quiso quedarse callada y comenzó la campaña #NotGuilty (No soy culpable), la cual llama a no culpar a la vestimenta de las mujeres o las calles oscuras en estos ataques.

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Además, pidió que todos se unieran como su comunidad lo hizo, para así acabar con estos tristes casos de violencia contra la mujer. “Tú no me atacaste a mí esa noche. Soy una hija, una amiga, una novia, una estudiante, una prima, una nieta, una vecina, una empleada que ha servido café a todos bajo la línea del tren”.

Y agrega: “A todas esas personas con quienes formé una relación para crear mi comunidad: tú los atacaste a todos”, como detalló en su cuenta de Facebook.

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Te invitamos a leer su poderosa carta:

“No puedo enviarte a esta carta a ti, porque no conozco tu nombre. Sólo sé que fuiste enjuiciado por un serio ataque sexual y una prolongada agresión de naturaleza violenta. Y te tengo una sola pregunta.

Cuando fuiste atrapado en una cámara siguiéndome a través del vecindario, cuando esperaste hasta mi propia calle para acercarte, cuando aferraste tus manos a mi cara hasta que no pude respirar, cuando me empujaste y caí de rodillas hasta que mi rostro sangró, cuando luché con tu mano lo suficiente para poder gritar…

Cuando me agarraste del cabello y estampaste mi cabeza contra el pavimento y me dijiste que dejara de gritar, cuando mi vecina te vio y te gritó y tú la miraste a los ojos y continuaste pateándome…

Cuando partiste mi sostén a la mitad por la fuerza con la que agarraste mis pechos, cuando no alcanzaste mis pertenencias porque sólo querías mi cuerpo, cuando fallaste en obtenerlo porque todos mis vecinos y familia salieron, y tú los viste… ¿alguna vez pensaste en la gente en tu vida?

Mi comunidad no se sentirá insegura cuando camina de regreso al hogar en la noche. Tomaremos el último tren a casa y caminaremos por nuestras calles solos, porque no arraigaremos ni nos entregaremos a la idea de que nos estamos exponiendo al peligro por hacerlo…. Tú comunidad, aunque no puedas verla a tu alrededor todos los días, está aquí. Está en todos lados.

Tú subestimaste a la mía. ¿O debería decir a la nuestra? (…) No hay límites para nuestra comunidad, sólo existen excepciones: y tú eres una de ellas”.