Sara Brautiga tiene sólo 21 años, pero ha estado al borde de la muerte tantas veces que supera a cualquier persona de la tercera edad. Esta joven británica ha sido pronunciada como “clínicamente muerta” 36 veces… y en un solo año.

El motivo detrás de esta complicada situación es una extraña condición cardíaca llamada Síndrome de Taquicardia Ortostática Postural (PoTS por su sigla en inglés). Esto la lleva a experimentar rápidas palpitaciones que pueden causar que el corazón deje de palpitar y su presión sanguínea se desplome, convirtiéndola en una persona “clínicamente muerta”, como detalla el medio británico Mirror.

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En ocasiones, Sara tiene que esperar media hora para que su corazón vuelva a llenarse de sangre. No es su único problema: también sufre del Síndrome de Hipermovilidad Articular, el cual la predispone a lesiones y dislocaciones.

Ian Hinchliffe | Rossparry
Ian Hinchliffe | Rossparry

En conjunto, estas dos afecciones de salud la han llevado a que visite urgencias 64 veces en un solo año. Ella afirmó: “Existen señales antes de que ocurra. Me siento mareada o enferma y realmente cansada y siento como si me quedara dormida”.

Sara explica que “puedo escuchar todo a mi alrededor y sentir, pero aunque trato de gritar, nada sale. Dicen que cuando mueres, la audición es lo último que se va y eso es lo que me ha pasado”. Después del ataque, la joven proveniente de Doncaster despierta con un horrible dolor en el pecho y agotada.

Esta explica que los paramédicos intentan infligirle dolor de cualquier manera para devolverla a la vida. Es por esto que ha despertado con moretones y una vez, con una uña acrílica menos. El motivo: No pueden practicarle reanimación hasta que su corazón se llene de sangre.

Sara veía algo difícil el futuro, ya que no puede trabajar ni conducir un auto. Incluso, tuvo que abandonar el kayakismo. Hoy, dedicarse a la danza burlesque le ha devuelto algo de esperanza.