Martín Cárcamo sin duda vivió uno de sus mayores sueños, tras convertirse en el animador del Festival de Viña del Mar junto a María Luisa Godoy.

El certamen es uno de los mayores desafíos que el comunicador ha enfrentado en su carrera televisiva, la que se ha consolidado en Bienvenidos.

Sin embargo, el rubio natural tiene claro que la televisión es algo inestable y que así como hoy está en la cima el día de mañana podría estar muy abajo.

Es por lo anterior que Cárcamo invierte sus ganancias en nuevos negocios, y uno de ellos es uno familiar que creó junto a su cuñado, en el que además participan sus padres, y el que está ubicado en Viña del Mar, ciudad de la que es oriundo el animador.

Se trata de una panadería y restaurante, que Martín decidió instalar tras regresar de un viaje a Croacia, desde donde trajo la idea de apostar por una panadería Croata, aunque después sufrió algunas modificaciones por parte de su cuñado, Eduardo Quevedo, Médico Veterinario que participó de La ley de la selva y Brigada animal.

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Estamos listos para partir el nuevo proyecto. Ya estamos abiertos!

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“En la familia me echaron para abajo mi proyecto y me propusieron hacer esta panadería, cafetería y restaurante. Mi cuñado sugirió como nombre Panqueque; o sea, esto básicamente es un homenaje a él, jajajá. Nuestra idea fue instalar un lugar de encuentro, como lo hacía el antiguo salón de té”, contó Cárcamo a Las Últimas Noticias.

En este mismo sentido comentó que su padre es el presidente del directorio que agrupa los negocios que emprenden, mientras que su mamá, se encarga de la decoración y ambientación. “Ella hace el look and feel. La estética es súper hogareña y cálida, con colores reconocibles como el verde y el ladrillo. Los dos locales tienen una Virgen que mi mamá les instaló como protección. Ahora estamos tramitando la patente de alcoholes. Y a Queque se le ocurrió que hiciéramos la cocina a la vista para que la gente vea que no tenemos nada que esconder”, explicó el animador de Bienvenidos.

Cabe mencionar que el negocio va viento en popa y que al local que tiene en Reñaca, a fines de enero se sumó un segundo en el Muelle Vergara, el que durante el Festival de Viña del Mar se convirtió en un punto de encuentro para los artistas y animadores del certamen, aunque Martín aclaró que todo se dio de manera natural, y que su política es pagar lo que ellos como familiares y dueños consumen para que así el negocio siga creciendo.

“Se dio de manera natural y nos ha ayudado mucho la ubicación. La primera vez que vino el jurado (sábado 23) terminaron bailando en el segundo piso”, manifestó.