El pasado sábado se confirmó la muerte del exinstructor de Pelotón, René O’Ryan, quien hace varios meses luchaba contra un cáncer de esófago. Fue su amiga Pepa Celedón, quien afirmó que tres semanas antes sus médicos descubrieron un nuevo tumor en el hígado que era inoperable.

Durante su enfermedad O’Ryan siempre se mostró positivo y además de seguir el tratamiento médico tradicional también probó terapias alternativas enfocadas en su alimentación y en mejorar su sistema inmune. Lo que, a su juicio, había aumentado su expectativa de vida.

Por lo mismo, durante los últimos meses, el exinstructor mantenía su energía y ánimo de siempre, y por lo mismo en marzo pasado pudo cumplir uno de los sueños de su esposa, Marta Bontá: lanzarse juntos en paracaídas.

Fue así como la pareja se la jugó con un salto tándem, donde un aprendiz se lanza junto a un instructor unidos por un arnés doble. En esta ocasión la actividad se realizó en Concón y desde un avión Cessna, consignó BioBioChile.

Un amigo de la pareja logró capturar la experiencia y existen varios registros en redes sociales como Facebook. “Ella quedó fascinada. Fue tanto lo que esperó por este salto que ahora quiere repetirse el plato, pero tiene que ser improvisado. Cuando son saltos muy programados siempre pasa algo que lo arruina todo en último minuto”, aseguró en ese entonces O’Ryan al medio nacional LUN.

Asimismo, O’ Ryan confesó en ese momento que el salto estaba planeado hace años pero que no habían podido concretarlo por distintos imprevistos. “Hace cuatro años veníamos intentándolo y por alguna razón no podíamos. Una vez porque justo se nubló cuando nos estábamos por subir al avión, otra vez porque había mucho viento”, agregó.

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Cabe recordar que en ese entonces René aseguraba sentirse muy bien pese a su cáncer en etapa IV, diagnosticado en diciembre de 2016. “Estoy paradito. Inicialmente, cuando me dieron el diagnóstico de cáncer al esófago, me dieron ocho meses de vida máximo (…) No sé si tengo cáncer o no. Lo único que sé es que me siento fantástico. Para que alguien diga le gané al cáncer tiene que esperar cinco años desde el diagnóstico. Yo estoy feliz de estar vivo”, finalizó.