Fue hace seis años que la vida de Benjamín Vicuña y la de Carolina ‘Pampita’ Ardohaín cambió para siempre, ya que en aquel tiempo falleció su hija Blanca tras contraer una bacteria en un viaje. Si bien cada año el actor publica alguna imagen recordando a la pequeña, o habla respecto a su corta vida, pocas veces se ha referido a la muerte misma de la niña.

Es por esto que en conversación con la revista Caras, Vicuña habló en extenso de este fatal hecho que marcó para siempre su papel de padre.

“Desde ese día mi vida se partió en dos y obvio que eso te hace ver las situaciones de una forma distinta. Pasa el tiempo y cada uno tiene su forma de vivir el duelo y de asimilar algo que es imposible de entender”, partió relatando el actor, agregando que pese a que pasa el tiempo “la pena no te abandona nunca, ocupa un lugar y aprendes a convivir con ella”.

En medio de este relato, que incluyó revelaciones de ataques de pánico y de intensas jornadas de llanto, para Benjamín fue inevitable recordar a Matteo, el hijo de su amiga Leonor Varela que murió en noviembre pasado.

“La muerte de Matteo hace unas semanas, hijo de Leonor y Lucas (Akoskin) fue terrible. Me escribieron, tuve un diálogo privado con ellos y es durísimo; te transformas en una especie de ministro del dolor. Volví a vivir esa desesperación de no poder respirar, de no entender nada”, reveló el actor.

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Pese a todo, Vicuña reconoció que la gran terapia que lo ayudó a salir adelante fue la gente, que le envió innumerables muestras de cariño que le sirvieron de mucho.

“Como fue público lo de Blanca, cambió muchas vidas. Así lo percibí y así me lo hicieron ver miles de personas que me escribieron contándome sus experiencias. En un momento sentí que debía agradecer esa ola de cariño que viví hace seis años. Si bien guardo mis grandes secretos, mi intimidad y sufrimiento, de a poco he ido soltando y compartiendo mi dolor como ahora en esta entrevista”, concluyó.