Hace meses Soledad Rodríguez, expareja del humorista Álvaro Salas, interpuso una demanda de paternidad en su contra, tras acusarlo de no hacerse responsable de un hijo en común de 17 años.

Desde entonces se inició una batalla legal que incluyó tres exámenes de ADN, que obligaron al comediante a reconocer a Matías, poniéndole así punto final a un drama que tenía muy afectada a Rodríguez y, obviamente, al adolescente.

Hasta ahora solo Soledad se había referido a este proceso, señalando que su hijo no estaba interesado en hacerlo, debido a que estaba muy complicado, sin embargo, el joven finalmente quiso sacar la voz y, en una conversación con Intrusos, explicó lo que vivió durante estos meses.

Yo creo que se pudo haber evitado todo esto. Fueron meses duros, al principio sobre todo. El dolor que un padre te niegue. Después me di cuenta que la vida es tan linda, tan corta, que pasarla mal por un tema así, no lo vale”, confesó.

Como era esperable, señaló que hace mucho tiempo que no tenía contacto con el humorista pese a sus intentos de comunicarse con él. “Tenemos cero comunicación desde marzo del presente año. He tratado de comunicarme con él pero la respuesta siempre es la misma: no hay respuesta. Y hay una conversación pendiente con Álvaro Salas todavía. Depende de él, depende sólo de él”, agregó.

Cabe señalar que este fin de semana, según el espacio de farándula, Matías se encontró con Paola, la otra hija no reconocida de Salas, y que contó su experiencia en Primer Plano. Ambos se comunicaron luego de esa entrevista y el domingo compartieron un asado en la casa de Soledad.