Hace unos días supimos que Kel Calderón había recibido las llaves de su primer departamento de soltera, y el pasado jueves Raquel Argandoña confirmó que el sábado sería el gran día en que su hija se mudaría.

Ese momento llegó y aunque en Bienvenidos aseguró que ya lo tenía asumido, igualmente en conversación con LUN aseguró que ha llorado pero “para callado”, principalmente porque extrañará la complicidad que tenían en el día a día.

La nueva casa de Kel queda a una cuadra de la de su madre y aunque no hubo camión de mudanza porque todo fue comprado, mamá Raquel sí se deshizo de un importante inmueble para evitar recuerdos tristes.

Lo que sí se llevó fue la ropa; no queda nada, se llevó todo. Igual yo le vendí la cama2, aseguró, junto con agregar: “Yo no quería quedarme con esas cosas, con su ex dormitorio armado, porque quería que el golpe fuera de una, no quería pasar y decir: ‘aquí dormía mi guagua’“.

Ahora en la expieza de Kel, la panelista del matinal de Canal 13 instalará dos camas para cuando vaya su mamá y enfermera y/o para amigas que se quieran quedar.

Respecto a cómo se ha tomado la partida definitiva de su hija, Raquel indicó que ha llorado harto pero que cree que cuando saquen el escritorio de Calderón “va a ser más penoso porque tiene un simbolismo importante”, ya que allí estudió para su examen de grado, en el que la opinóloga fue “su sombra”. “Ese escritorio marca los momentos más cercanos que tuve con mi hija. Quizás por eso no le he puesto pino para venderlo; cuando lo saquen vendrá otro golpe“.

Por último, comentó que lo que más extrañará tras esta partida será la compañía de Kel, pues eran “yuntas”, y ahora la egresada de Derecho tendrá la responsabilidad de llevar una casa por sí sola, ya que ella no le pidió ni llaves de su departamento. Afortunadamente está con hartas cosas y así podrá distraerse: “El Bienvenidos, el musical People y un viaje a Grecia con amigos“.