Hace casi dos años que la ex chica reality se fue a vivir a Estados Unidos luego de casarse en diciembre de 2013 con el ingeniero comercial Mathías Fernández, sin embargo, él se devolvió a Chile y Romina se quedó en tierras norteamericanas.

La idea era empezar una vida juntos en Los Ángeles, Estados Unidos, ese fue el sueño que tenía Romina Martin para consolidar su carrera como cantante, no obstante, en menos de un año su matrimonio empezó a quebrantarse, principalmente, porque Fernández no creía en su proyecto como artista, confesó la ex Protagonistas de la música a la Revista Mujer.

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En California no tenía a nadie, ni siquiera sabía hablar inglés muy bien, pero iba por un proyecto de vida. Ambos buscábamos nuevas proyecciones laborales. Me casé muy enamorada”, señala la intérprete, agregando que aún no entiende el quiebre de su matrimonio.

Él parece que tenía otras cosas en la cabeza, hasta el día de hoy no lo entiendo. Poco menos me quería de dueña de casa…Cuando tienes a tu lado a alguien que no cree en tu proyecto y alquien que no cree en ti, no sirve la relación”, reconoce.

Pese a definirlo como “un gastadero de plata”, la rubia lo pasó realmente mal, tuvo que devolverse a Chile y recurrir a sus amigos y familiares para pasar la pena. Además, tomó una terapia hawaiana porque encontraba que el catolicismo “no era suficiente”.

Sin embargo, Romina se negó a abandonar su sueño, asegura que tenía que dar la pelea y hacer algo importante para que valiera la pena todo el sacrificio. Así, comenzó viviendo con un amigo en West Hollywood, con quien pagaban a medias el arriendo y salía a eventos sociales para conocer contactos.

Gracias a una amiga conocí a un productor que me hizo cantarle a capella (…) Me dijo que empezaba a trabajar al otro día, y que tenía muchos eventos con gente persa…y yo, que soy patuda, le dije: ‘Ningún problema, puedo cantar en farsi’”, cuenta como anécdota.

Ese trabajo más otro pituto en una compañía de videojuegos ayudaron a que Romina pudiera estabilizarse, y si bien hoy no está “arriba de una hamaca”, como dice ella, puede vivir tranquila. Además, desde enero del próximo año se integrará a un canal latino de Miami, donde trabajará como notera en alfombras rojas y eventos. También trabaja con una agente que “la vende” como cantante, animadora e incluso actriz. Romina no se “achica” con nada.

Estoy haciendo de mí un producto. Cuando uno llega a un país como Estados Unidos tienes que tener súper claro qué es lo que quieres hacer y lo que puedes hacer. Por ejemplo, hay que ver lo que hacen las Kardashians. ¿Qué hacen ellas? ¿Cantan, bailan? Nada. ¿Pero qué tienen? Una marca, son personajes, productos. Todos las consumen”, remata la aperrada cantante.