Hace un poco más de un mes estaba en pantalla en el programa de farándula “SQP”. El abogado Rodrigo Wainraihgt salió de la TV, luego que -según él, se terminara su contrato con Chilevisión.

El pololo de Dominique Gallego contó al medio Glamorama que tenía un contrato a plazo fijo, de dos meses, y que éste ya llegó a su fin.

Pero el leguleyo no se complica, pues, según narró, “Siempre vi a televisión como un hobby, pasarlo bien, y ahora estoy retomando mis cosas. Soy abogado de profesión, pero un emprendedor de vocación. Y tengo hartos emprendimientos que estoy retomando en Santiago como en el sur”.

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Wainraihgt comentó que “Después de Alfombra Roja, recuperé mis cosas. Luego surgió lo de SQP, que fue un tema por solo dos meses, al cual fui porque estaba trabajando un amigo mío, Carlos Beltrán. Pero después, y sabiendo que no podía compatibilizar, terminé el contrato y seguí con mis cosas que he hecho siempre”.

“Siempre supe que mi estada en la televisión era por un rato, pasajero. Nunca tuve una ambición más allá de lo que hice, que fue divertirme y pasarlo bien en los lugares donde estuve. Cumplí una etapa, lo pasé muy bien, y ahora vuelvo a mis cosas con las cuales me siento realizado, mis proyectos”.

¿En qué está ahora?

Según contó, “En Puerto Varas tengo un restaurante de sushi, Japón del Lago; las Terrazas del Lago, que es la parte hotelera; y Los Colonos, la parte inmobiliaria, que son departamentos. Ahora estoy abriendo una empresa de asesoría tributaria, como viene todo el tema de la Reforma. Es una empresa 100% dedicada a la planificación tributaria. Y una empresa nueva de compras de remates, para gente que quiere comprar, sacarle utilidad a su plata y no sabe cómo hacerlo. Le hago a todo”.

¿Es un adiós definitivo?

“Ya cumplí mi etapa en la televisión. No volvería atrás. Estoy contento con mis cosas, mis proyectos. Si me preguntan qué quiero hacer a futuro, es irme a vivir a Puerto Varas. Me voy a raptar a la Domi (Gallego, su polola) y me la voy a llevar para allá”.

El abogado agregó que “A mis 36 años, he aprendido que uno nunca debe decir nunca, pero si me preguntan en este minuto, sería un adiós definitivo. A mi pareja, la Domi, la conocí ahí, además de a amigos entrañables. Uno debe saber el momento en que debe irse, y este fue el momento”.