Incluso los pacientes con infecciones leves por COVID-19 pueden sufrir complicaciones de salud durante meses, incluso años, después de la infección.

Casi el 19% de los adultos de Estados Unidos que anteriormente habían dado positivo en las pruebas de COVID-19 afirman tener ‘COVID largo’.

Experimentan signos y síntomas durante cuatro semanas o más después de la fase inicial de la infección.

En un esfuerzo por cuantificar lo que el COVID largo significa ahora y podría significar en el futuro para estos pacientes, investigadores de Intermountain Health, en Estados Unidos, han estudiado a miles de pacientes.

Esto para buscar síntomas cardiovasculares. Así descubrieron que los pacientes que dieron positivo presentaban tasas más elevadas de dolor torácico en los seis meses a un año posteriores a la infección.

“Muchos pacientes con coronavirus experimentan síntomas mucho más allá de la fase aguda de la infección”, afirma Heidi T. May, investigadora principal del estudio.

“Observamos que los dolores torácicos eran un problema persistente, lo que podría ser un signo de futuras complicaciones cardiovasculares”, detalló.

¿De qué trató el estudio?

En el amplio estudio retrospectivo, los investigadores compararon tres grupos de pacientes de Intermountain Health.

Por un lado, personas de 18 años en adelante que dieron positivo en la prueba de COVID y fueron tratadas en régimen ambulatorio entre marzo de 2020 y el 31 de diciembre de 2021.

Por otro, pacientes COVID negativos de aproximadamente la misma edad y sexo, atendidos en los mismos meses, que los que dieron positivo en COVID-19.

Y en tercer lugar pacientes atendidos entre el 1 de enero de 2018 y el 31 de agosto de 2019, como control histórico, para dar cuenta de cómo los pacientes accedieron a la atención sanitaria de forma diferente durante lo peor de la pandemia.

El equipo de investigación descubrió que a intervalos de seis meses y un año, los pacientes que dieron positivo en COVID-19 tuvieron tasas significativamente más altas de experimentar dolor en el pecho, pero no observaron otros aumentos en los eventos cardiovasculares.