Mientras ocurría el punto más álgido del confinamiento a causa del COVID-19, muchas enfermedades pasaron a segundo plano. Sin embargo, tras haber superado lo peor, hubo una enfermedad que parece haber aumentado tras la aparición del virus.

Según comentaron algunos especialistas al Washington Post, el síndrome de taquicardia ortostática postural (o POTS, por sus siglas en inglés) parece estar en alza tras la pandemia.

Entre los síntomas de esta forma de disautonomía están los desmayos, latidos cardíacos irregulares y mareos, particularmente entre las mujeres jóvenes.

Según detallaron, se trata de un trastorno del sistema nervioso autónomo, el cual regula funciones involuntarias como la frecuencia cardíaca, la digestión y la presión arterial.

No existe una cura conocida para POTS, pero la fisioterapia, los medicamentos y los cambios en la dieta relacionados con el aumento en el consumo de sal y agua a veces pueden ayudar.

El problema es que muchas veces tienden a ser mal diagnosticados como un cuadro de ansiedad, a lo que se le suma que hay pocos médicos que se especialicen en esta condición.

Un estudio compartido en Elsevier Public Health Emergency Collection afirmó que entre el 2% y el 14% de los pacientes con COVID-19 desarrollaron esta condición.

El grupo demográfico de POTS son mujeres que, en su mayor parte, se ven bastante bien, pero se quejan de que su corazón está acelerado, y creo que eso se descarta mucho como ansiedad”, explicó el académico de la Universidad de Calgary, Satish Raj.

Agregó que, en la mayoría de los casos, los síntomas tienden a desarrollarse después de contraer una enfermedad viral o de sufrir una conmoción cerebral.