Si bien se asocia el resfrío al invierno, durante el verano también podemos tener algo de congestión nasal, provocando la incómoda sensación de no poder respirar tranquilos.

Al respecto, se habla del concepto “deuda inmunitaria”, que postula que, ante la ausencia de otros virus por la predominancia del COVID-19 durante los años anteriores, y por el uso de mascarillas, no hemos adquirido inmunidad natural frente a los nuevos virus del año.

Consultado por Infosalud, el doctor Luis Jiménez, especialista del Hospital San Rafael de Madrid, compartió algunos trucos para evitar este molesto síntoma.

Debemos realizar lavados nasales, mantener un ambiente húmedo, con un humidificador, aerosoles o vahos, especialmente si vivimos en una región con un clima seco”, explicó.

Sin embargo, aclaró que los lavados nasales ayudan en general a limpiar de restos y de mucosidad la cavidad nasal de una forma mecánica.

La salinidad favorece la descongestión. El efecto mecánico probablemente sea el más efectivo, pero los sueros hipertónicos descongestionan más”, explicó.

Por otro lado, “los oligoelementos y minerales que aportan el agua de mar, u otras aguas termales, puede que ayuden a mejorar la función de limpieza propia de la mucosa nasal”.

Remedios contra la congestión

También recomendó “el mentol, que tiene un efecto refrescante, y con ello hace que nos encontremos mejor. El eucalipto tiene propiedades mucolíticas, antiinflamatorias y fluidifican la mucosidad facilitando su expulsión”.

Sobre los humidificadores, el experto señaló que en las zonas de clima seco son muy útiles, dado que una nariz seca es más proclive a sangrar.

“Pero siempre hay que mantenerlos limpios y en buen estado siguiendo las instrucciones que vienen con ellos”, apuntó.

Otras terapias contra la congestión son consumir bebidas calientes o infusiones, que ayudan por el efecto vasodilatador y más que por el efecto antiinflamatorio del contenido de la infusión, como podrían ser la cúrcuma o el jengibre.