Además del aumento de peso, las hormonas y los cambios en la piel, las embarazadas deben lidiar con una serie de cambios, y eso bien lo sabe Lisandra Silva.

Fue hace algunos días que la modelo respondió a una seguidora que le preguntó por la cantidad de lunares que le habían aparecido en su cuello. “Recibo mucho este tipo de pregunta sobre ‘mis lunares’ o verrugas en el cuello, obvio que tengo espejo y me los veo, vivo con ellos 24 horas al día y son hereditarios”, le dijo.

Más tarde, reveló que se los está “tratando con láser. Se me dispararon con mis dos embarazos. No pude hacer mucho durante, pero ahora les estoy dando atención con un doctor”.

Lisandra Silva
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Pero… ¿Son malignos o benignos los lunares que aparecen? Para salir de dudas, en Página 7 conversamos con Remigio Paredes, académico de la Escuela de Enfermería Universidad de Las Américas, quien entregó detalles de la afección.

De partida, precisó que “en general se desconoce la causa precisa de que aparezcan lunares en el cuello (acrocordones) durante el embarazo. Pero lo más aceptado actualmente es por la acción de ciertas hormonas que aumentan durante la gestación (progesterona y los estrógenos)”.

Asimismo, destacó que “aunque tendemos a utilizar de forma coloquial el nombre de “verrugas” para referirnos a ellos, lo cierto es que no tienen nada que ver con las verrugas, pues estas aparecen a causa de una infección dermatológica provocada por virus de la familia del papiloma humano, mientras que los acrocordones son inofensivos y no contagiosos”.

El tratamiento tras la aparición de acrocordones

En cuanto a su tratamiento, sostuvo que  consiste principalmente “en el cuidado de la piel, la cual debe ser con el fin de evitar la resequedad, pues estos pueden dañarse y sangrar”.

Además, destacó que “se debe evitar el roce del acrocordón con la ropa o con los accesorios para que no se lesionen ni se rompan. Si el acrocordón sangra, limpiarlo con una gasa. Incluso, es conveniente realizar la consulta con el dermatólogo”.

Paredes fue enfático en señalar que no hay que intentar “eliminarlos con líquidos para verrugas u otros remedios caseros, pues estos están contraindicados para su uso en el embarazo. Además, pueden traer otras consecuencias negativas, como la sobre infección o la necrosis del área”.

Acrocordones en el embarazo

El especialista sostuvo que en general “los acrocordones no son malignos ni producen otras complicaciones en el embarazo, habitualmente se puede esperar a que nazca el bebé para extraerlos por motivos tanto estéticos o por la zona donde se encuentren”.

Así también, detalló que durante el embarazo se incrementa la producción de melanina, “el pigmento del que depende la coloración de la piel. Este aumento provoca la hiperpigmentación, fenómeno que se da en 9 de cada 10 gestaciones y que consiste en el oscurecimiento de algunas partes del cuerpo y como consecuencia aparecen acrocordones o melasma (paño de la embarazada)”.

Acrocordones: la afección que aquejó a Lisandra Silva en el embarazo y su tratamiento
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En la mayoría de los casos esta pigmentación desaparece de forma gradual tras el parto, pero puede reaparecer de forma más temprana en gestaciones posteriores. “Si estos pequeños fibromas no te molestan ni se rozan con la ropa, lo más probable es que el especialista opte por no extirparlos, puesto que no son malignos ni contagiosos y es posible que tiendan a desaparecer tras el parto”, explicó.

En esa misma línea, indicó que “en caso de que la lesión te moleste o aparezcan otros síntomas, como picor, cambios de coloración, crecimiento excesivo o cualquier otra alteración, consulta de inmediato con el dermatólogo, el cual podría tomar la decisión de eliminarlos a través de cirugía menor”.

Alimentación y relación con aparición de acrocordones

El especialista también sostuvo que “algunos hábitos y alimentos están relacionados con los cambios de la piel y la aparición de manchas, los cuales pueden ser:

Alcohol.

Margarinas y mantequillas.

Alimentos muy procesados.

Grasas poco sanas y no naturales.

Finalmente, sobre si afecta a la guagua, el experto indicó que “no produce ningún daño al bebé en gestación. Los acrocordones son totalmente inofensivos, pero su aspecto podría confundirse con otras lesiones cutáneas como las verrugas víricas, los nevus o los tumores de partes blandas, por lo que es importante consultar con un dermatólogo para su valoración”.