Uno de los casos más frecuentes de consulta en coaching es el del logro de nuevos objetivos. Una vez que se arma ese plan, lo que sigue es administrar la agenda diaria.

Cuando las personas inician un proceso de cambio, tienen la expectativa de que eso será un proceso rápido, y comienzan a ponerse ansiosas, a dejar de ver el día a día, para mirar hacia un futuro que solo existirá, si pones foco en ese día, paso a paso.

Pero, ¿cuáles son aquellas cosas que debes dejar de hacer si quieres tener más tiempo?

Deja de discutir

Está comprobado que no podemos cambiar a las personas, el único dominio que tenemos es sobre nosotros mismos. De modo que, entablar una discusión es significado de que quiero modificar lo que el otro piensa.

La otra persona solamente cambiará si quiere y suele pasar que el otro cambia como respuesta a nuestro propio cambio.

Así que antes de discutir reflexiona: ¿sirve de algo este tiempo? Reemplaza la discusión por solo aportar tu punto de vista y suelta la expectativa por lo que la otra persona haga o diga.

Tratar de complacer a todo el mundo

Hay tantos ADNs como personas en este mundo. ¿En serio crees que puedes estar bien y de acuerdo con cuanta personas interactúe contigo?

Nunca vas a gustarle a todo el mundo, así como a ti tampoco te cae bien todo el mundo. Lo que puedes hacer es aceptar a las personas como son y ser como tú quieres ser.

No saber priorizar

Haz una lista y comienza por aquello que es urgente. Lo que no lo sea, lo colocas en la agenda para dedicar unas horas en un día de la semana. Siempre deja en tu agenda diaria espacio para hacer pausas, es decir, deja espacio para ti.

Esperar a comenzar algo hasta tener inspiración

Decía Picasso: “La inspiración debe encontrarte trabajando”.

Deja de esperar el día D, el día ideal, cuando vayas de vacaciones, cuando salgas, cuando sea sábado. Haz algo que te guste, y la inspiración te encontrará.

Preocuparte por la opinión de los demás

Bastante tenemos con nuestra propia opinión sobre nosotros mismos, como para ocuparnos, además de lo que otros puedan o no pensar de nosotros.

Recuerda: tenemos casi 80.000 pensamientos diarios, el 70% del diálogo diario que tenemos con nosotros es negativo.

Concéntrate en tus propios pensamientos y suelta lo demás.

Compararte con otras personas

Como se decía antes, cada persona tiene su ADN, y su historia personal. Si te comparas, te pierdes la posibilidad de poner foco en descubrir cuál es tu propio potencial e ir por él. Deja de mirar al otro solo para hablarte de lo poco que vales o lo lejos que estás. Si vas a mirarlo que sea para tomar algo como modelo porque te gusta o admiras.

Tener miedo a fracasar

El fracaso es parte del camino, únicamente es una palabra que tiene una connotación negativa. Ten en cuenta levantarte pronto cuando fracases, date ese permiso. Todos fracasamos.

Repetir los mismos errores del pasado

Aprende de lo que te salió mal. Somos nuestros mejores maestros. Equivócate en otra cosa. Y así seguirás adquiriendo experiencia.

No saber poner límites

Cuando dices que sí a todo el mundo te estás diciendo que no a ti, aprende a priorizar los sí. Di más sí para ti y tu círculo más cercano.