Una de las bacterias temida a la hora de comer es la salmonella. Y es que, según la Organización mundial de la salud, es una de las cuatro principales causas de enfermedades diarreicas a nivel mundial.

Para ahondar sobre el tema, en Página 7 conversamos con Evelyn Sánchez, académica de la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad de Las Américas.

La especialista sostuvo que “son bacterias invasoras y enterotoxigénicas del género de bacilos gramnegativos que pertenecen a la familia enterobacteriaceae, que infectan principalmente el íleo terminal e intestino grueso”.

La salmonelosis, enfermedad provocada por la salmonella, generalmente se caracteriza por la aparición brusca de fiebre, dolor abdominal, diarrea, náusea y, a veces, vómitos.

Salmonella
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La experta precisó que “la gravedad de la enfermedad depende de factores propios del huésped y del serotipo de Salmonella, ya que existen tres tipos: S.choleraesuis, S.typhi y S. enteritidis, todas adquiridas por la ingestión de alimentos o bebidas contaminadas”.

En cuanto a la gravedad que pueda ocasionar la salmonella, indicó que en la mayoría de los casos son leves “y los pacientes se recuperan sin la necesidad de un tratamiento específico. Sin embargo, en algunos casos, como lactantes, niños pequeños y adultos mayores o inmunocomprometidos, la deshidratación causada por la enfermedad puede ser grave y poner en peligro la vida”.

Sánchez indicó que, por lo general, las personas contraen la salmonelosis a través del consumo de alimentos contaminados de origen animal, “principalmente huevos, carne de vacuno o aves y leche, aunque también hay otros alimentos que se han relacionado a la transmisión de la enfermedad, entre ellas verduras contaminadas con deposiciones de animales”.

Salmonella
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Asimismo, también podría transmitirse entre las personas por vía fecal-oral y cuando se entra en contacto con animales infectados, incluidas las mascotas.

Cuidados con los alimentos para evitar contagios

La prevención de salmonelosis requiere medidas de control en todas las etapas de la cadena alimentaria, desde la producción agrícola hasta la elaboración, fabricación y preparación de alimentos, tanto en establecimientos comerciales como en los hogares.

La Organización Mundial de la Salud recomienda:

  • Asegurarse de que los alimentos de riesgo estén debidamente cocinados y aún calientes al momento de la ingesta. En el caso de huevos no consumir crudos y mantenerlos refrigerados sin lavado previo, solo realizarlo al momento de la preparación o ingesta.
  • Evitar la leche cruda y los productos elaborados con leche cruda. Preferir solo leche pasteurizada o hervida.
  • Evitar consumir hielo a menos que esté hecho con agua potable.
  • Si no se cuenta con agua potable, hervirla.
  • Lavado profundo y frecuente de manos con jabón, en particular después de haber tenido contacto con mascotas o animales de granja o haber utilizado el inodoro.
  • Lavar cuidadosamente las frutas y hortalizas, especialmente si las consume crudas.

Tratamiento contra la salmonella

La nutricionista indicó que las medidas recomendadas en el tratamiento de una salmonelosis son: “el reposo, hidratación y el control de líquidos y electrolitos. Habitualmente la mayoría de las personas se recuperan con reposo e ingesta abundante de líquidos o sales de rehidratación si corresponde”.

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No obstante, explicó que en algunos casos se puede requerir hospitalización para la reposición de los electrolitos “como sodio, potasio y cloruro. La terapia antimicrobiana no está recomendada para casos leves o moderados en personas sanas, pero podrían ser utilizados si la infección se propaga desde el intestino a otras partes del organismo”.

Detección y duración de molestias

La aparición de síntomas como diarrea, vómitos, fiebre y cólicos abdominales, “comienzan a manifestarse entre 6 y 72 horas (generalmente 12 a 36 horas) después de la ingesta de alimentos o bebidas con presencia de salmonella”, indicó Sánchez.

La enfermedad dura generalmente entre 2 y 7 días, se debe acudir al médico en el caso de población de riesgo, como lactantes, niños, adultos mayores o personas inmunocomprometidas si los síntomas persisten o existe deterioro o compromiso general y deshidratación.

La especialista detalló algunos signos de alerta:

En niños: diarrea que no se revierte después de más de 24 horas, vómitos que duran más de 12 horas en lactantes, un día en los niños menores de 2 años o dos días para los demás niños.

Salmonella
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Evidencia de signos de deshidratación, como no orinar por más de 3 horas, boca o lengua secas o llanto sin lágrimas. Fiebre de más de 39 ˚C o presencia de deposiciones con sangre.

En adultos: diarrea y vómitos copiosos por más de 2 días. Signos de deshidratación, como reducción de la orina u orina oscura, sed excesiva, boca muy seca y sensación de mareo. Fiebre de más de 39 ˚C o presencia de deposiciones con sangre.