Fue en octubre de este año que Ingrid Parra se convirtió en madre por primera vez. Ya ha pasado poco más de dos meses desde aquel momento y si bien está feliz con la maternidad, también ha enfrentado situaciones difíciles.

Fue en el programa de TV+ Más Vivi que nunca, que sostuvo que su hija sufre de reflujos estomacales, lo que ha ocasionado que su hija se ahogue.

“Esta cabra se me ha ahogado varias veces con esta cuestión del reflujo, y esa cuestión sí que es heavy. Una vez estaba en mi casa sola, Cristián (su pareja) había tenido que viajar por pega y se me ahogó”, sostuvo.

Para ahondar en este tema, en Página7 conversamos con Beatriz Arteaga, directora de la Escuela de Técnico Nivel Superior Enfermería de la Universidad de Las Américas.

La especialista sostuvo que “el reflujo gastroesofágico es cuando parte del contenido de alimentos que está en el estómago se devuelve hacia el esófago y boca. Es fisiológico o esperable, incluso en la mayoría de los recién nacidos”.

Agregó que esto es debido a la inmadurez “del esfínter esofágico inferior y solo se considera como enfermedad cuando está asociado a un mal incremento ponderal, es decir, que el niño no sube de peso ni crece de acuerdo a su edad.

Explica que también cuando se asocia a complicaciones como apneas o “patologías broncoaspirativas”, es decir, que el contenido de alimentos se vaya a la vía respiratoria.

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Como señalaba la especialista, esto es esperable hasta los seis meses, “y tiene un peak entre el cuarto y quinto mes. Debería resolverse aproximadamente entre el año y el año seis meses”.

¿Cómo disminuir los reflujos?

Arteaga sostiene que sí se pueden prevenir las complicaciones y esto se logra a través de la técnica adecuada de alimentación, “idealmente con lactancia materna, que tenga una buena técnica de acople de succión que favorezca una efectiva alimentación a través de la lactancia materna”.

Especificó que si lo anterior no es posible, los médicos indican fórmulas de inicio que se dan en pequeñas cantidades, porque la capacidad gástrica del recién nacido es pequeña.

Asimismo, hace hincapié en que “una vez que el bebé se alimenta, se debe favorecer la eliminación efectiva de los gases. Se coloca al niño de manera vertical y con pequeños golpecitos en la espalda se favorece la eliminación de gases y eruptos”.

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Recalca que otro tema importante es la vigilancia permanente del niño, y que esto motiva una licencia para la mamá para que pueda dedicarse y vigilarlo.

En cuanto a cómo debe dormir un bebé con reflujo, precisó que “decúbito supino o de espaldita en una superficie firme sin ningún tipo de almohada. Solo en aquellos casos donde el reflujo es patológico y exacerbado, ahí se requiere de indicación médica donde se recomienda la utilización de un cojín especial que eleva la cabecera”.

Aunque enfatiza que también tiene contraindicaciones, “porque los lactantes no se pueden mantener por sí solos por riesgo de desplazamiento, tampoco se deben utilizar almohadas por riesgo de asfixia”.

En cuanto a los bebés hospitalizados por reflujo severo, “generalmente se levanta la cama y post alimentación se lateraliza hacia el lado derecho para favorecer el vaciamiento gástrico. Luego hacia el lado izquierdo para disminuir la probabilidades de reflujo y luego el descanso es de espalda”.

¿Qué hacer en caso de ahogamiento?

En relación a la asfixia, lo más importante es que nos demos cuenta de inmediato y es muy fácil detectarlo, “porque el niño comienza a toser de manera exacerbada como una forma de poder eliminar ese contenido gástrico que está en la vía respiratoria”, indicó.

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También, agrega, se percibe un cambio de coloración de la piel violácea, “de los labios, por lo tanto nos damos cuenta inmediatamente. ¿Qué hacer? Se debe levantar su cabeza y posicionarlo de manera vertical hacia adelante, ayudando a la eliminación del contenido con pequeños golpes en la zona de la espalda”.

Para finalizar, explicó que “si encontramos al niño en muy malas condiciones, no respira y no responde, debemos iniciar de inmediato las maniobras de RCP y acudir de inmediato a un servicio de urgencia. Es muy poco frecuente que ingresen a urgencia niños con este tipo de complicaciones, es mayor el temor de los papás; lo más importante es la prevención de las complicaciones”, finalizó.