La mayoría de los adultos cree ser un experto a la hora de cepillar y cuidar su dentadura, pero la verdad es que son muchos los que realmente no saben hacerlo bien. Basta con una orientación correcta para corregirlo y prevenir problemas a futuro.

Solo 1 de cada 20 pacientes de la odontóloga y jefa clínica de Clínica Santa Blanca, Valentina Robles, se lava de forma correcta los dientes al llegar por primera vez a su consulta.

“Los chilenos no sabemos lavarnos los dientes. Según diversos estudios casi el 100% tiene alguna enfermedad dental ya sea por caries o encías, que son las que se desarrollan por mala higiene bucal”, explica.

Según Robles, existe una gran desinformación acerca de la higiene bucal: “Todos saben que existe el cepillo, la pasta dental y punto, pero en realidad existen muchos elementos más, que son complementarios, pero muy necesarios, como por ejemplo, el hilo dental, que si hablamos de porcentajes me atrevería a decir que el 90% de mis pacientes no lo usan”.

Otros elementos importantes son el limpiador lingual, que idealmente no debe ser el cepillo el que cumpla esta función; los cepillos interproximales que sirven para limpiar zonas más grandes en donde el hilo dental ‘vuela’ y no logra sacar bien los restos de comida, entre otros.

“Estamos muy influenciados por las grandes marcas, que nos venden otros productos que no son tan esenciales en nuestra higiene bucal”, afirma la profesional.

Si hablamos de mitos, según la odontóloga, existen muchos, pero los más típicos son los que aplican alguna técnica antigua, “de campo” o “el secreto de la abuelita”, como preferir un cepillo duro, los enjuagues con salmuera o bicarbonato para infecciones o blanquear los dientes.

“Existe ese concepto errado de que en algún momento se tienen que perder los dientes, siendo que debiéramos tener nuestros dientes hasta la muerte si los cuidamos bien y prevenimos las enfermedades dentales”, enfatiza Robles.

Los errores más comunes

1.- Elegir un cepillo duro: Es el error por excelencia. Por lo general todos usan algún cepillo que sea duro o al menos mediano, los pacientes sienten que “limpian más” al sentir la sensación de raspado. Pero no, todos debemos usar cepillos suaves o ultra suaves, sino estamos provocando más daño que salud. Estos cepillos, además de dañar las encías, no logran acceder a todos los recovecos de los dientes como un cepillo suave y de muchas cerdas.

2.- No concentrarse en el cepillado: La mayoría se lava los dientes haciendo otra actividad en paralelo, por ejemplo: viendo TV, hablando por teléfono, cuando están a punto de salir de la casa reuniendo las cosas que se tienen que llevar, etc. y en este punto aunque tengan el cepillo adecuado, no van a lograr un buen cepillado, porque quedan zonas que no fueron limpiadas y termina siendo para cualquier parte y de poco tiempo, o de mucho tiempo, pero de mala calidad. No se hace una higiene a conciencia.

3.- No usar hilo dental: La gente cree que no es tan necesario y que sirve solo para cuando se queda el pedazo grande de comida entre los dientes, de manera ocasional, pero en realidad, es un hábito que debiera estar incluida en la higiene de todos los días.