De acuerdo a datos entregados por la Sociedad de Microbiología de Chile (SOMICH), en el país se presentan aproximadamente entre 2.000 y 3.000 casos de influenza al año. Pero, pese a su alta incidencia, cuando esta enfermedad aparece, puede resultar difícil diferenciar entre sus síntomas y los del resfriado común.

Sin embargo, estas dos enfermedades respiratorias virales tienen algunas diferencias clave. En este sentido, la Dra. Lorena Galeotti, Directora Médica de Abbott comenta que “conocer las distinciones entre cada una, puede ayudar a las personas a identificar con qué infección se está lidiando, para que así puedan recibir el tratamiento en forma oportuna y sentirse mejor“.

Resfriado común v/s influenza o gripe

Los síntomas del resfriado aparecen gradualmente e incluyen estornudos, secreción nasal, dolor de garganta, tos leve a moderada y fatiga leve. Es mucho menos común presentar escalofríos, fiebre y dolores de cabeza. En comparación, los síntomas de la influenza -también conocida como gripe- se presentan rápidamente e incluyen fiebre sobre los 38 grados, dolores corporales, escalofríos, congestión, tos y fatiga”.

Al respecto, la Dra. Galeotti comenta que “la influenza o gripe es una infección viral más grave que el resfriado común y puede provocar complicaciones de salud – tales como la neumonía o una infección pulmonar – las cuales muchas veces requieren hospitalización. La mejor forma de prevenir la influenza o evitar que ésta se agrave, es vacunarse de forma oportuna y consultar con su médico apenas tenga síntomas.”

¿Cómo se transmiten el resfriado y la influenza?

Tanto la influenza como el resfriado común son causados por virus. La Dra. Galeotti comenta que “el resfriado común se deriva de múltiples virus, siendo el más prevalente el rinovirus. Sin embargo, la influenza se contrae a partir de diferentes tipos o cepas”.

Por lo general, los virus respiratorios se propagan por el aire, el contacto personal y las descargas corporales, como la saliva o los fluidos respiratorios al toser o estornudar. Ambas enfermedades se transmiten de la misma manera.

No obstante, tomando las siguientes medidas, se puede prevenir y preparar el organismo para enfrentar ambas enfermedades:

· Lávese las manos con frecuencia durante al menos 20 segundos, con jabón y agua tibia, y asegúrese de secarlas bien cuando termine.

· Evite tocarse los ojos, la nariz y la boca con las manos sin lavar.

· Tosa o estornude en un pañuelo desechable o en el codo, en lugar de hacerlo en las manos.

· Cuando sea posible, manténgase alejado de las personas que están enfermas y no vaya a trabajar ni envíe a sus hijos al colegio si usted o ellos están enfermos.

La Dra. Galeotti agrega que “la forma más eficaz de prevenir la influenza es vacunándose, ya que aproximadamente dos semanas después de la inyección, los anticuerpos contra la influenza se desarrollan en el cuerpo y pueden prevenir o reducir la gravedad de sus síntomas. En Chile, existe un Plan Nacional de Vacunación4 anual, el cual contempla los principales grupos de riesgo de contraer esta gripe, tales como adultos mayores, niños, embarazadas y personas con patologías crónicas”.

¿Cómo se puede tratar el resfriado y la influenza?

Desafortunadamente, no existe una cura mágica para hacer desaparecer el resfriado o la influenza, pero existen acciones que se pueden realizar para debilitar estas enfermedades y acelerar la recuperación.

Consulta a un médico: si experimenta síntomas similares a los de la influenza, visite a su médico o un centro de atención de urgencia. Un medicamento antiviral puede debilitar la gravedad y la duración de la enfermedad, pero es más útil si se administra dentro de las primeras 48 horas de los síntomas.

No tomes antibióticos: La influenza y el resfriado común son enfermedades virales y no bacterianas, por lo que no se pueden tratar con antibióticos. Si bien se pueden ingerir medicamentos de venta libre tales como acetaminofén o ibuprofeno, que ayudan a reducir muchos los síntomas comunes (fiebre, dolor corporal, escalofrío y dolores de cabeza), es importante consultar siempre con su médico.

Hidrátate: Tanto la influenza como el resfriado común pueden causar deshidratación, por lo que beber abundante agua es vital para la recuperación. “Si bien podemos hidratarnos a través de té y otros líquidos, ninguno de ellos reemplaza la hidratación que proporciona tomar agua. Lo mismo sucede con las bebidas con alto contenido de azúcar, como las bebidas deportivas o las gaseosas, que no contienen los electrolitos necesarios para facilitar una hidratación óptima”, comenta la Dra. Galeotti.

Obtén una nutrición adecuada: Tener un apetito reducido es común con la gripe. Es clave mantener los niveles de energía altos para lograr la recuperación. Incorporar frutas y verduras es fundamental – tanto en jugos como sopas – ya que ayudará a mantener una buena fuente de energía, vitaminas y minerales. Asimismo, es importante respetar las señales del cuerpo, consumir pequeñas cantidades de alimentos y no forzar la ingesta de comida, ya que esto podría causar vómitos y agravar aún más el estado general.

Tómate un tiempo para descansar: quedarse en casa y descansar, no solo puede evitar que siga propagando la enfermedad, sino que también da a su organismo el tiempo que necesita para recuperarse.

En este sentido, la Dra. Galeotti comenta que “se debe tener en cuenta que los virus pueden comenzar su período de contagio aún antes de que se manifiesten los síntomas y pueden seguir contagiando durante 7 días o más (dependiendo del virus y el huésped). La influenza es altamente contagiosa, por lo que es importante que las personas infectadas se queden en casa, no acudan a trabajar o al colegio, en el caso de los niños. Ello, hasta que hayan desaparecidos los síntomas, especialmente la fiebre, los dolores musculares y las secreciones“.

Este año, al conocer la diferencia entre los síntomas de la influenza y el resfriado común y cómo se transmiten, puede estar preparado para tratar los síntomas y saber cuándo buscar ayuda médica.