En estos tiempos es muy probable que los dolores de cabeza se presenten en cualquier momento del día. Vivir a diario en medio de una pandemia y con una crisis sanitaria que tiene a miles de ciudadanos con problemas económicos y encerrados, es motivo de jaqueca para cualquiera.

No obstante, dejando a un lado el contexto, hay quienes reportan tener migrañas recurrentes y sin razón aparente, las que por lo general terminan asociándose a periodos de estrés. Un dolor pulsátil, por lo general en un solo lado de la cabeza y que suele venir acompañado de visión borrosa o una mayor sensibilidad a la luz y ruidos, son algunos de los síntomas que definen este tipo de malestar.

Como muchos dolores de cabeza, las razones de esta manifestación nunca son del todo exactos, aunque la evidencia científica ha señalado que la genética es una de las principales causas.

De acuerdo al doctor Jorge Dotto, médico especialista en Anatomía Patológica de la Universidad de Yale y especialista en Patología Molecular y Genética de la Universidad de Harvard, en medio de todas estas dudas acerca del origen de las migrañas, se han hecho estudios de farmacogenómica, es decir, “el análisis de genes que participan en el hígado (“el laboratorio del cuerpo”) en el procesamiento (metabolismo) de los medicamentos que toman, para determinar si ese fármaco era efectivo o tenían un mayor riesgo para desarrollar efectos adversos (toxicidad). Pero, en estas situaciones, además de analizar estos marcadores solicitados, incluimos el análisis de decenas de genes que son de riesgo para desarrollar migrañas, así como también, las variantes genéticas para descubrir si esa persona tiene intolerancia a la histamina”.

Dotto explica en un artículo del portal argentino Infobae, que “la histamina es una sustancia que forma parte de las reacciones alérgicas y hay personas a las que su cuerpo no la puede inactivar, dado que presentan variantes genéticas de, especialmente, tres genes que tienen alterada esa función”.

Estos tres genes -ACO1,HMNT y MTHFR- vendrían siendo como ‘antihistamínicos naturales’ que no funcionan. “Algunas personas empiezan a escuchar el término ‘deficiencia de DAO (diamina oxidasa)’, que forma parte de la intolerancia a la histamina. Esto ocurre cuando una persona tiene una variante genética en el gen ACO1, que tiene la información para producir esta proteína llamada enzima DAO, la encargada de descomponer la histamina de los alimentos y que no funciona eficientemente”, explicó.

Pero ¿cuáles son algunos de los alimentos y bebidas más ricos en histamina?

El experto detalló que “tomate, frutilla, palta, espinaca, berenjena, algunos quesos estacionados, algunos pescados, carnes procesadas, chucrut y otros probióticos naturales (alimentos fermentados), vino y cerveza”.

En esa misma línea, indicó que los alimentos que estimulan la liberación de histamina presente en nuestro cuerpo y bloquean la acción de la DAO, son: chocolate con leche y amargo (70% o más de pureza), el kiwi, la piña, el té y cítricos, entre otros.

De acuerdo a su experiencia, cuando han realizado estudio genético de los fármacos, se han sorprendido con la identificación de ciertos alimentos, lo que les permite trabajar en un cambio nutricional con bajos niveles de histamina.

Dotto, aseguró que al identificar y restringir los alimentos identificados como “factores desencadenantes”, las migrañas disminuyeron tanto en intensidad como en número de presentaciones. “A veces, es muy complejo identificar qué es lo que nos está haciendo mal y asociarlo con lo que comemos y tomamos. Nos cuesta creer que algo tan saludable como la palta, el tomate, la berenjena, el chocolate o un vaso de vino puedan ser los responsables de 10 años de sufrimiento”, cerró.