Existen personas que no pueden empezar su día sin una buena taza de café o un espresso que les inyecte la energía necesaria para un día de estudio o trabajo.

Por otro lado, están las personas que para iniciar su mañana necesitan una reconfortante taza de té antes de entregarse a las obligaciones diarias.

Saber qué es mejor -si comenzar el día con té o café- es una interrogante que ha enfrentado a distintos expertos y para la que no existe una respuesta tajante.

Así al menos lo indica Tamar Samuels, dietista y cofundadora de Culina Health, quien advierte que la mejor opción “depende de cada persona”, pues las preferencias de cada una influirá en su reacción en el cuerpo y en la interacción con las papilas gustativas, describe el Huffington Post.

En cuanto a las ventajas y desventajas de uno u otro, éstas tienen que ver directamente de la cafeína que ambos poseen. Esta es la droga psicoactiva más comercializada en el mundo y la más popular entre la sociedad. De acuerdo a Samuels, los efectos de la cafeína se notan a partir de los 45 minutos y pueden durar entre 3 y 10 horas, dependiendo de la persona.

Una taza de café negro (250ml) posee 100 miligramos de cafeína, mientras que la misma cantidad de té negro tiene la mitad (50 miligramos). Una taza de té verde, en tanto, solo 30 miligramos.

Evidentemente, si nuestro objetivo es ‘activarnos’ rápidamente, deberíamos optar por el café, sin embargo, eso también dependerá de la disposición genética de quien la toma.

“La cafeína se metaboliza en el hígado, pero algunas personas tienen mutaciones genéticas que les hacen metabolizar la cafeína más rápido o más lento. La mejor forma de conocer tu tolerancia a la cafeína es controlar los efectos que te provoca con la ayuda de un nutricionista”, recomienda Samuels.

La regla general es que si te notas muy nervioso, te cuesta dormir y/o se te acelera el corazón tras tomar café, lo ideal es disminuir la dosis de este. Si la situación no cambia, entonces visita un especialista.

La dietista también advierte que el estrés influye en los efectos de la cafeína, pues ambos aumentan los niveles de cortisol, lo que afecta negativamente nuestro cuerpo en el futuro.

té o café
Christoph | Pixabay (cc)

“Las personas que padecen estrés crónico no se llevan bien con la cafeína”, asegura Samuels, quien además enumera efectos secundarios como el insomnio, problemas digestivos, ansiedad y presión alta.

Ahora bien, si consumimos cafeína por la mañana, cuando nuestro cuerpo ya presenta -de forma natural- unos niveles altos de cortisol, aumentará aun más estos niveles, lo que “puede provocar ansiedad y nerviosismo”. Agrega que para controlar este efecto adverso se puede acompañar esa taza de café con algo de comida.

Claro que también tiene sus beneficios, por ejemplo, el café supera al té en polifenoles, micronutrientes que mejoran la digestión, previenen enfermedades neurodegenerativas y cardiovasculares y también ayudan en el control del peso.

¿Y qué ocurre con el té

Como el té también tiene cafeína, sus efectos pueden ser similares al del café pero en menor grado. Por lo que si tu objetivo es tener el efecto de la cafeína, esta no es tu bebida… al menos no por la mañana.

Según Samuels, uno de los mayores beneficios del té es su diversidad, ya que a diferencia del café, es más fácil encontrar una variedad que se ajuste a tus necesidades.

A las mujeres embarazadas con náuseas se les recomienda beber té de jengibre. El té de cúrcuma ayuda a controlar la inflamación y el té verde ayuda a aliviar muchas de las dolencias más extendidas en la sociedad”, comenta la dietista.

Los beneficios son más variados porque hay muchos tipos de té, mientras que los cafés se hacen con una sola planta”, agrega.

Según la doctora Kimberly Langdon, de la compañía médica Medzino, la flexibilidad del té permite controlar la cantidad de cafeína a consumir, incluso con la clásica bolsita.

Si quieres más cafeína, entonces deja la bolsa en el agua caliente por más tiempo. Eso es todo.

¿Entonces?

Tal como indicó anteriormente, para Samuels no existe una respuesta única o correcta pues dependerá de las necesidades y del organismo del consumidor.

“Tengo algunos pacientes en Nueva York que suelen estar muy estresados por su trabajo, así que les recomiendo el té, pero también tengo otros pacientes que pueden tomarse un café justo antes de irse a la cama y duermen sin problemas”, ejemplifica.

Por lo mismo, si quieres saber qué te hace mejor, debes observar tu cuerpo, cómo responde tu organismo a una taza de café por la mañana versus a una de té.