Si nunca has experimentado una depresión, difícilmente sabrás cómo ayudar a alguien en dicha condición, a pesar de todas las ganas que tengamos de tenderle una mano. Y es que a veces con las mejores intenciones podemos, equivocadamente, exacerbar los síntomas.

“La depresión se siente como si no hubiera placer o alegría en la vida. Es mucho más que estar triste. La depresión les roba a las personas las cosas que alguna vez amaron y muchas sienten que nada les traerá alegría nuevamente”, explica la psiquiatra Anjani Amladi a Insider.

Según dicho medio, alrededor de 264 millones de personas en todo el mundo padecen depresión, aunque los síntomas varían caso a caso, como por ejemplo sentirse desesperado, inútil, culpable y/o triste; dificultad para concentrarse; pérdida de libido; incapacidad para sentir placer; trastornos del sueño; cambios de apetito y pensamientos suicidas.

Cuando interactuamos con alguien con depresión, las palabras que utilizamos pueden tener un gran impacto en ellos, por lo que los especialistas aconsejaron algunas cosas que jamás deberías decirles.

1. No decirle que se “animen”

De acuerdo a Leela R. Magavi, psiquiatra y directora médica regional del Community Psychiatry in Newport Beach, en California, si una persona con depresión pudiera “animarse” con sólo decírselo, lo haría, por lo que al hacer esto sólo estaremos aumentando su angustia.

Frases como “alégrate”, “piensa positivamente” o “sólo sonríe” puede ser interpretado como positividad tóxica, que “podría incrementar los sentimientos de culpa y vergüenza que las personas con depresión combaten día a día”, manifiesta Magavi.

En lugar de esto, es bueno empatizar con su situación y pasar tiempo con ellos, indicándoles: “tú importas”.

2.- No invalidar sus sentimientos

Si alguien con depresión conversa contigo, lo importante es hacerlo sentir seguro y no invalidar lo que siente. Jamás deberías usar frases como “no pareces triste”, “todo estás en tu cabeza” o “me he enfrentado a cosas peores”, ya que difícilmente volverá a abrirse en una conversación.

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Gail Saltz, MD, profesora clínica asociada de psiquiatría en la Facultad de Medicina Weill-Cornell del NY Presbyterian Hospital Weill-Cornell, añade que en lugar de esto es fundamental recordarles que la depresión es una enfermedad y que no es su culpa, como también el tratamiento podrá ayudarlos y que estarás ahí para apoyarlo a encontrar uno.

3.- No culparlos

Frases como “es tu culpa que te sientas así” hacen sentir justamente culpable a una persona con depresión, que ya está luchando. “Esto podría conducir a la desmoralización y sentimientos de impotencia”, señala Magavi.

“Pueden sentirse marginados sociales y, en consecuencia, (…) podría conducir a autolesiones y pensamientos o intentos suicidas“, acota la especialista al citado medio.

4.- No los ignores

“Ignorar es abandono que a menudo hace que la persona deprimida se sienta más sola, rechazada y peor”, dice Saltz, añadiendo que lo mejor es involucrarlos de diferentes maneras como invitándolos a caminar, escribirles una carta con las cosas que te gustan de él/ella o hablar sobre los recuerdos que comparten.

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La depresión es una enfermedad mental real y la recuperación es un proceso. Y como cualquiera de nosotros que alguna vez nos hemos recuperado de una enfermedad, accidente, cirugía, todos necesitamos ayuda a veces”, complementa Amladi.

5.- No los avergüences

Es cierto que ayudar a alguien con depresión no es una tarea sencilla, pero es importante no frustrarse en el proceso.

Nunca deberías decirles “sólo piensas en ti mismo”, “estás loco” o “deberías pensar en cómo está afectando a los demás”. Amladi dice que, al contrario de lo que se podría pensar, las personas con depresión “se preocupan por otras personas y el impacto que tienen en sus vidas (…) sienten culpa por estar deprimidas, sienten que son una carga”, afirma.

“Es probable que avergonzar, estigmatizar y culpar a una persona deprimida empeore su depresión. El suicidio es una preocupación importante en la depresión, y la vergüenza a menudo se asocia con el suicidio“, cierra Saltz.