El agua fría no es recomendable cuando lavamos el cabello, sino que también para el skincare del rostro.

Si bien en invierno puede ser más incómodo, lo cierto es que el agua fría tiene varios beneficios para el rostro, según consignó la revista Harper’s Bazaar.

Uno de ellos es que mejora la circulación. Según detalló el sitio especializado, el agua fría crea una vasoconstricción que protege la pérdida de calor, pero que provoca la dilatación de los vasos, lo que hace que la sangre circule mejor.

Este fenómeno provoca una purificación de la piel y que de esta forma se oxigene mejor. Sin duda uno de los trucos de belleza más económicos que existen.

La doctora Inna Lukyanovsky señaló al portal ABC que el agua fría también debería usarse en la ducha, aunque sea al final del baño.

“Cuando se activa la circulación, se activa la desintoxicación, junto con beneficios del sistema digestivo. Además, cambiar de agua caliente a agua fría mejora las células del músculo liso, incluyendo la salud del estómago, de los intestinos y del sistema cardiovascular”, explicó.

Otra característica es que es un método antiinflamatorio. Gracias a que el agua fría mejora la circulación de la piel, esto también hace que la piel no se enrojezca, ni se congestione, ni se hinche.

Esto puede tener mejores resultados si se utilizan masajeadores faciales que estén helados.

El agua fría también suaviza y tonifica. Esta temperatura helada tiene “un efecto tensor” que ayuda a combatir la flacidez y a eliminar celulas muertas, por lo que es ideal si se quiere una piel más tersa y firme.

Por último, desde Harper’s Bazaar recomiendan que si no estás acostumbrada al agua fría, que comiences a aplicarla no más de 15 segundos. A medida que pase el tiempo se puede ir alargando, sobre todo si se realiza en la ducha, donde el resto del cuerpo también puede verse beneficiado de la técnica.