El pasado 29 de agosto volvió el fútbol a Chile tras una paralización de más de cinco meses por la pandemia coronavirus, un motivo de alegría para muchos. Es que al parecer ver a la pelota en la cancha hace que los corazones latan más fuertes y los signos vitales se alerten.

Pero, sobre todo, cuando se abre la cuenta en el marcador. Tal como lo explicó el médico deportólogo y cardiólogo, Jorge Francella, a Todo Noticias: “Un gol significa una serie de cosas desde el punto de vista del organismo. Es un estallido por la concreción de un objetivo de felicidad, por lo cual hay un episodio mental y un episodio hormonal”.

Es que cuando la pelota entra al arco, Francella explicó que “hay una taquicardia que acelera nuestro corazón, para que le lleve sangre a todos nuestros tejidos, especialmente al cerebro y al corazón, para que pueda reaccionar y le permita saltar, celebrar, abrazar y sonreír“.

Tras un gol, se liberan las hormonas cortisol, catecolaminas, serotonina, dopamina y endorfinas, lo que provoca “un estallido espontáneo” y da una “sensación de inmensa felicidad, que a veces queremos fabricar artificialmente con medicamentos“.

“Por eso, una persona puede echarse a correr, sacarse la camiseta cuando no debe, por más que eso esté sancionado, y durante unos segundos perder el control de la objetividad y liberar la parte infantil de la explosión feliz”, describió el especialista.

seleccion chilena en copa america
MARCO MUGA / AGENCIA UNO

¿Y qué pasa con el que recibe un gol?

Un antiguo informe médico del British Medical Journal, descubrió que tras la pérdida de los ingleses frente a los argentinos para el Mundial de 1998, aumentaron los infartos en un 30%.

De hecho, según explicó el especialista, varios estudios consideran que le metan un gol a tu equipo representar un dolor emocional, una especie de “puñalada al orgullo“, que provoca una herida psicofísica la que, en casos extremos, puede provocar dolor de corazón, angina de pecho y hasta infartos.

Es que cuando se produce un gol, hay una “revolución en el cuerpo“, se descarga adrenalina y aumenta la respiración, la frecuencia cardíaca y la tensión muscular. Por eso, dice Francella, siempre es mejor cantarlo con ganas.