Si bien especialistas reconocen que la leche materna “fresca” es la más óptima para la salud del bebé, debido a que conserva un “mayor número de propiedades”, según señala la Asociación Española de Pediatría (AEP); muchas veces a las madres les resulta imposible amamantar directamente a su hijo y recurren a la alternativa de sacar la lecha, congelarla y dársela en otro momento en mamadera.

Y para llevar a cabo esta práctica con las mejores medidas de higiene para evitar el deterioro de la leche por una mala conservación, te dejamos los siguientes consejos.

Según señaló la neonatóloga María Cabrera a Consumer, son cinco medidas que deberías tener en consideración para conservar la leche en un estado óptimo:

  1. Limpiar bien el sacaleches con agua y jabón después de cada uso. Esterilizarlo una vez al día y secarlo bien antes de guardarlo.
  2. Lo ideal es utilizar un congelador con una temperatura de -18°C.
  3. Utilizar, preferentemente, recipientes de cristal para almacenar la leche materna.
  4. Guardarlo con su fecha de congelación.
  5. Consumir antes de los seis meses. Si la conservas directamente en el refrigerador (y no en su congelador) puede durar hasta dos semanas.

Lo ideal es enfriar rápidamente la leche extraída en un recipiente con agua fría, y después congelarla lo antes posible“, recomiendan desde la AEP.

Si realizas la extracción en casa, lo idea es que congeles inmediatamente. En caso de que estés fuera de casa, deberías ponerla en algún refrigerador al alcance, junto con algún alimento congelado -como envases de verduras, choclo congelado, entre otros-, y luego congelarla cuando se llegues a tu hogar.