El uso de mascarillas en los espacios públicos se ha instaurado de manera obligatoria en el país y, si no la usamos, podemos arriesgarnos a altas multas.

Por lo anterior, han surgido las mascarillas reutilizables, aquellas compuestas de género que expertos aseguran no ser las mejores, pero que sí colaboran a disminuir la cantidad de residuos en relación a las desechables.

Es por ello, que ya son parte de nuestro diario vivir y, por ende, de la industria de la moda que ha mostrado una serie de tendencias que han iniciado gracias a su uso.

Tal es el caso de la incorporación del maskchain, un elemento que comúnmente podemos ver en lentes ópticos y de sol para que no se nos olvide su uso, y que ahora se puede ver en las mascarillas.

Perlas, cadenas y mostacillas son algunas de las ideas que hemos podido ver en los atuendos, ya que no aportan más allá de un accesorio básico que no debe ser el protagonista de tu outfit y que poco a poco ha comenzado a tomarse los perfiles de Instagram.

Es que a más de alguno se le ha olvidado este elemento al salir de casa y ha debido regresar para no arriesgarse a ser multado, por lo que llevarlo en el cuello constantemente hace todo más fácil.

¿Y la higiene?

Sin embargo, y pese a que las firmas ya comienzan a fabricar sus propios maskchain, surge la interrogante sobre la higiene de la mascarilla, ya que recordemos que esta se usa para prevenir la transmisión de COVID-19 y al portarla siempre en el cuello se convierte en un foco de contagio.

Así lo explica Beatriz Arteaga, directora de la Escuela Técnico Nivel Superior de Enfermería de la Universidad de Las Américas a Página 7. “No cumple bajo ninguna perspectiva el objetivo terapéutico y de prevención que tiene este elemento de protección personal. Las mascarillas deben ser utilizadas en la nariz, cubriendo la boca y hasta el mentón”, manifiesta.

A su vez, esta enfatizó que “las personas deben considerar tener al menos dos mascarillas, ya que no pueden ser utilizadas por más de un día y deben lavarse diariamente”, comenta.

Sobre cómo se debe realizar el lavado, la profesional detalla que debe ser “con un detergente común a una temperatura mayor de 70 grados celsius en la lavadora y una vez limpias deben secarse en su totalidad para poder reutilizarse”.