Conseguir que tu frutas no se echen a perder antes de tiempo, es más fácil de lo que crees. Solo necesitas organizarlas de mejor manera y evitar que algunas de ellas queden juntas.

Eso se deba a la acción del etileno, un gas que emiten las frutas y que influye en su crecimiento, maduración y envejecimiento, señala Luis Riera, director de la consultora española de seguridad alimentaria SAIA, al diario electrónico ABC.

En primer lugar, debes considerar que muchas frutas son cosechadas antes de que terminen de madurar, por lo que terminan ese proceso en las cámaras o en los frigoríficos de los supermercados.

De ese modo, hay que tener en cuenta que existen dos tipos de frutas: las climatéricas y no climatéricas. Procura no mezclarlas entre ellas, para evitar que se pudran más rápido.

No climatéricas

La clasificación de las frutas “no climatéricas”, se refiere a aquellas que luego de ser recolectadas dejan de madurar. En este caso se encuentran las naranjas, moras, frutillas, cerezas, arándanos, pomelo, uvas, mandarinas, limones, piña, entre otros.

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Climatéricas

Las frutas y verduras “climatéricas”, son aquellas que siguen madurando después de la cosecha, aumentando así su producción de etileno (gas que acelera la maduración de los frutos).

En esta clasificación se encuentran frutas como el plátano, pera, la palta, ciruelas, kiwi, tomate, mango, papaya, manzanas, melones, entre otros.

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Evita mezclarlas

Son las frutas de ese último tipo, las que debes evitar mezclar con las “no climatéricas”, ya que se acelerará su proceso de maduración y provocando que se echen a perder más rápido.

Cabe señalar que hay que tener especial cuidado con las manzanas y los plátanos, ya que producen mayor cantidad de etileno. La palta, el melón, el albaricoque y las ciruelas, también deben guardarse por separado.