Si hablamos de íconos históricos de Hollywood, Audrey Hepburn es una de las figuras femeninas más emblemáticas de la llamada “época dorada”.
Breakfast at Tiffany’s, My Fair Lady y Roman Holiday fueron algunas de películas que protagonizó, y por esta última ganó un premio Óscar como mejor actriz.
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Pero Hepburn no solo destacó por su talento artístico —de hecho también era una excelente bailarina de ballet— sino que también como un ícono de moda y belleza.
Su elegancia, estilo y sofisticación siempre llamaron la atención; todos querían saber a qué diseñadores acudía y qué marcas vestía, como también sus secretos de belleza.
Si bien muchos pueden pensar que estos secretos de belleza pueden ser demasiado caros, lo cierto es que los más relevantes son más económicos y sencillos de lo que se cree.
1. Hidratación
Según detalló la revista Vogue, una de las “reglas” de belleza de Audrey Hepburn -quien falleció en 1993- era mantener siempre la hidratación de su rostro, y que por eso su piel siempre lucía tersa.
Si bien no se especifica qué producto ocupaba, actualmente el mercado ofrece una gran variedad de cremas y sérums, y en todos los precios.
2. Cejas definidas
Una de las principales características de Hepburn eran sus cejas. Tenían una forma muy particular y siempre estaban muy bien definidas.
3. Labial de impacto
Audrey rara vez llevaba looks de maquillaje osados, siempre se iba por lo más clásico y elegante.
En este sentido, además de sus cejas definidas y un delineador negro, otro detalle característico era su labial rojo, con el que siempre sobresalía.
4. Pestañas “arañas”
Un look muy popular en la década del 60 fue el de las pestañas recargadas de máscara, y este también lo lució la actriz en su momento.
Alberto De Rossi, quien fue maquillador de Hepburn, separaba las pestañas de la actriz con pinzas para darles un efecto de pestañas postizas, según consignó el mencionado medio.
5. Perfume, su sello personal
Hubert de Givenchy fue un gran amigo de la estrella de cine. En 1957 el diseñador creó L’Interdit, un perfume dedicado a ella e inspirado en su personalidad.
Por último, para Hepburn este era su sello personal y lo usaba siempre. Era sensual, sofisticado y femenino.
